03/06/2025
Contrario a las creencias, lo que diferencia a un buen deportista de un campeón, no siempre se mide en horas de entrenamiento, dietas impecables y descanso óptimo.
Existe un factor sutil, pero inmensamente poderoso e invisible, que sabotea el máximo rendimiento de muchos deportistas bajo presión, independientemente de su disciplina o preparación física.
Para muchos coaches y deportistas es difícil identificar la raíz de este techo.
Tras la entrevista de Carlos Alcaraz, el joven prodigio del tenis, hice un riguroso análisis para esclarecer este factor diferenciador.
Aquí sus palabras:
"Debemos ser realistas y honestos con nosotros mismos. Sé que poseo un buen nivel de juego, y esto no es arrogancia, sino una profunda confianza en mis capacidades. Percibo la dificultad que enfrentan mis rivales para derrotarme, además de mantener su nivel siempre alto para jugar contra mí.
Creo que esta convicción es una de mis mayores fortalezas. Es una cuestión de fe en uno mismo, y sí, estoy seguro de mi calidad como jugador”
Ese factor que Alcaraz expresa con tanta claridad es la autoridad interior, la capacidad de abrazar tus ambiciones sin reservas, incluso si otros pudieran interpretarlo como una falta de modestia.
Demasiados deportistas se ven paralizados por el temor a ser percibidos como arrogantes. Esto les impide verbalizar con convicción sus metas más elevadas en frases como:
“Voy a ganar el oro olímpico”, “Soy el mejor en lo que hago”, “Mi objetivo es alcanzar el número uno mundial”
Esta lucha interna entre su deseo consciente de triunfo y un miedo subconsciente a la crítica, suelen conducir a un autosabotaje en los momentos cruciales y, bajo la máscara de la humildad, inadvertidamente restringen su propio potencial.
En los verdaderos campeones, esta disonancia interna se disipa. Su mente subconsciente está alineada con sus aspiraciones, permitiendo que su cuerpo se entregue por completo a la acción. La prioridad es la victoria, no la aprobación externa.
Ojo, esto no implica adoptar una actitud prepotente o menospreciar a los adversarios.
Se trata de liberarse de los bloqueos que provocan las expectativas ajenas para alcanzar tu máximo rendimiento.
Es permitirte ser auténticamente tú en la competición: sereno, confiado y libre.
Al igual que los cientos de deportistas a los que he guiado para romper estas barreras, tú también puedes beneficiarte con mi Método.
¿Te gustaría experimentar esta liberación reclamando tu autoridad interior?
Contáctame y recibe información concreta, a qué esperas?
Mis mejores deseos,
Yeray, Psicosport Canarias