
24/07/2025
Durante gran parte del siglo XX, el apéndice vermiforme fue considerado un órgano vestigial, carente de función específica en el ser humano. Esta visión se apoyaba en la ausencia de consecuencias graves tras su extirpación quirúrgica, y en teorías evolutivas que lo describían como un remanente de ancestros herbívoros que había quedado sin función.
👉🏻 Sin embargo, la extirpación del apéndice interrumpe tanto su papel inmunorregulador como su función como reservorio microbiano, pudiendo afectar negativamente la salud. Diversos estudios han asociado la apendicectomía con mayor susceptibilidad a distintas enfermedades, infecciones recurrentes y disbiosis persistente.
🔎 La evidencia creciente sobre la eficacia de tratamientos antibióticos en ciertos tipos de apendicitis no complicada plantea una alternativa terapéutica conservadora que permitiría preservar un órgano funcional, evitando consecuencias inmunológicas y microbianas a largo plazo. Cabría preguntarse si la extirpación quirúrgica inmediata debería seguir siendo el tratamiento de primera línea en todos los casos. Aunque el microbioma puede recuperar parcialmente su diversidad tras la cirugía, persisten diferencias funcionales y composicionales en comparación con personas que conservan el apéndice.
✍🏻 Más allá de su función inmunitaria, el apéndice actúa como un reservorio estratégico de microbiota comensal, especialmente útil tras perturbaciones del ecosistema intestinal como infecciones entéricas o tratamientos antibióticos, que pueden inducir disbiosis profunda. Su diseño anatómico favorece la formación de biofilms estables.
👉🏻 Leer noticia completa en icns.es/articulo_para_que_sirve_apendice_apendicectomias_inmunidad_microbiota