
19/03/2024
Cualquier pérdida requiere un tiempo de asimilación. Perder una relación de pareja (tanto si es de mutuo acuerdo como por una de las partes) implica también tener que tomarnos este tiempo. Y es que la ruptura supone un cambio de vida en ocasiones bastante difícil.
Este tiempo de asimilación se conoce como “duelo”. Podemos identificar algunas fases por las que podemos pasar después de perder una relación de pareja. Estas fases no siguen un orden particular, no tienen por qué suceder todas sí o sí, y cada persona puede experimentar variaciones. Sin embargo, se ha demostrado que son diferentes sentimientos que a menudo aparecen.
En un primer momento, puede aparecer la negación. Es un mecanismo de defensa ante el impacto que supone perder a una persona a la que amamos. Nuestro cerebro tiene que acostumbrarse a este cambio, por lo que pone un escudo que impide que pase todo el dolor de golpe.
Las siguientes fases suelen darse de forma más desorganizada. Puede que aparezca el enfado, ya sea con nosotros mismos, con la persona que hemos perdido o con terceras partes. También puede existir una fase de negociación, o de intentar recuperar lo perdido. Por otra parte, puede aparecer una gran tristeza, al darnos cuenta de que en verdad hemos perdido la relación.
Pasemos por las fases que pasemos, lo más sano es que finalmente lleguemos a la aceptación, por la que ubicaremos a esa persona en otra parte de nuestra mente. Sin embargo, este camino no es sencillo. Algunas personas no consiguen aguantar el dolor que supone la pérdida y evitan experimentar este duelo: creando una nueva relación, reprimiéndose o intentando olvidar sin aceptar.