20/08/2025
En verano solemos bajar la guardia: comemos más dulces, bebemos más alcohol, dormimos poco porque hay fiestas, viajes, cambios de rutina… y todo eso, sin darnos cuenta, va debilitando nuestras defensas. El calor además agota al cuerpo y lo obliga a trabajar más para mantenerse en equilibrio.
Si a eso le sumamos los incendios y el humo, la cosa se complica: las partículas entran por los pulmones, irritan, inflaman y hacen que el sistema inmunológico esté siempre “luchando” y se desgaste más rápido.
Por eso, aunque las vacaciones son hermosas, el cuerpo queda un poco “descuidado” y es justo ahora cuando más necesita que lo ayudemos a recuperar fuerza, equilibrio e inmunidad.