25/11/2025
La mayoría piensa que la pérdida auditiva aparece cuando “ya no escuchas”. Pero suele empezar mucho antes… en las conversaciones. En esos momentos en los que pides repetir, en los chistes que ya no pillas, en las frases que te llegan incompletas.
No es que el volumen baje de golpe; es que tu cerebro empieza a trabajar de más para rellenar huecos. Y ese esfuerzo continuo agota.
Detectarlo pronto no es cuestión de oído fino, sino de vida cómoda. Las conversaciones deberían fluir, no convertirse en acertijos.
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