
24/04/2024
Después de describir cómo eran las relaciones que deseaba atraer a mi vida, después de tener más claro cómo me gustaba cuidar a las personas que amo y cómo me gusta que me escuchen, respeten y cuiden las personas con las que comparto mi tiempo, me di cuenta de que yo no me estaba brindando ese apoyo y cuidado a mí misma, de que la relación conmigo no cumplía con esos parámetros que había descrito para las relaciones con los demás y que por ello atraía relaciones tan alejadas a las deseadas.
¿Cómo me estaba cuidando, respetando y escuchando a mí misma?
Una de las características que listé fue el tiempo de calidad, el tiempo que comparto con esas personas importantes para mí y que me eleva. Así que me pregunté, ¿cuánto tiempo de calidad paso conmigo? ¿Qué planes hago conmigo misma que me nutren y elevan?
La comunicación es para mí otro pilar fundamental en todas las relaciones, sin embargo me di cuenta de que no tenía el hábito de conversar conmigo. ¿Me escuchaba con comprensión como me gustaba ser escuchada? ¿O ignoraraba o quitaba importancia a mis sentimientos, pensamientos o intuición? ¿Sentía autocompasión y me apoyaba y animaba? ¿O me criticaba y juzgaba?
Lo que en resumidas cuentas fue finalmente revelador para mi, fue poner conciencia en que la relación con mis hijas la deseaba construir desde el amor incondicional y que a veces no lo lograba, condicionaba mi disponibilidad a sus conductas. Siempre me cuestionaba por qué lo hacía y cómo podía hacerlo mejor la próxima vez, pero lo que no me había preguntado hasta ese momento era si yo sentía amor incondicional por mí.
Ahora entiendo un poco más eso de que somos espejos y desde entonces me he propuesto una cita regular conmigo misma para nutrirme, conversar, divertirme y cuidarme a todos los niveles, tal y como hago con los demás.
Y no se trata de cuidarme para cuidar, de ponerme la mascarilla de oxígeno para ponérsela luego al de al lado, sino de cuidarme y amarme por el simple y suficiente hecho de existir y ser.
Porque va a ser la única relación garantizada para el resto de mi vida.