26/10/2024
A mis 49 puedo decir que la vida me ha tratado muy bien porque me ha dado muchas oportunidades para aprender.
Para aprender sobre mi principalmente, sobre las personas que me rodean, mi familia y mis amigos/as, y, muy agradecida por haber podido aprender con mis pacientes sobre el sufrimiento humano y también sobre la serenidad y la calma.
En deuda con esta vida por haberme permitido encontrar a mi compañero de vida, cómplice de locuras, de éxitos y fracasos, de tirar “palante” con lo que sea…El mejor compañero de vida que podría tener.
Las siete vueltas de campana literales y otras tantas metafóricas que me han puesto en el lugar que estoy ahora, conforme, ecuánime y serena (la mayor parte del tiempo).
Y a mi cuerpo, que resistió el trastazo, y se recuperó y me mostró la sabiduría que viene de dentro y de fuera.
La vida, que la mayoría de las veces, son las historias que te cuentas, y darme cuenta de esto me abre paso para poder escribir estas líneas en el día de mi 49 cumpleaños.
A los 50, con el propósito de esperarlos con el corazón y la mente abiertos de par en par, para seguir aprendiendo, hasta que ya no quede más por aprender ni pueda ya acompañar.
Camino pues saboreando esta respiración, en este instante, porque es el único que tengo.