13/11/2025
Estas semanas he tenido la suerte de dar varias sesiones sobre salud en la mujer… y todavía estoy bajando todo lo que me hicieron sentir. Fueron grupos pequeñitos, de esos en los que te sientas, respiras y notas que hay un espacio seguro. Y yo solo podía pensar en lo agradecida que estoy por poder vivir estos encuentros tan cercanos, cálidos y llenos de confianza.
Hablamos de muchas cosas, pero la endometriosis volvió a aparecer —como casi siempre cuando juntas a varias mujeres en una misma sala—. Y me sorprendió, aunque ya no sé si debería hacerlo, que siendo tan poquitas algunas teníamos un diagnóstico. Qué fuerte, ¿no? Que algo tan común siga siendo tan invisible, tan silenciado y tan poco comprendido.
Escuchar vuestras historias me recordó por qué hago lo que hago: porque necesitamos información clara, acompañamiento real y espacios donde no tengamos que justificar el dolor ni minimizar lo que nos pasa. Porque la salud femenina no debería ser un tema pendiente, y porque cuando compartimos experiencias nos sentimos menos solas y más validadas.
Así que gracias. Por confiar, por abriros, por hacer preguntas, por permitirme acompañaros desde mi experiencia profesional y también desde mi propio diagnóstico. Ojalá sigamos creando estos espacios donde la salud de las mujeres sea prioridad y donde podamos hablar sin filtros, sin prisas y sin miedo.