15/10/2025
Hay una fuerza en este universo,
más antigua que el lenguaje, más silenciosa que el pensamiento, pero más fuerte que la gravedad: se llama intención.
Cuando tu intención es pura, cuando tu visión está iluminada por el alma y no por el ego, la realidad escucha.
Un libro aparece, un sueño revela el mapa, una puerta se abre en el momento perfecto.
Pero aquí está la verdad: la puerta no se cruza sola, la montaña no se escala sola, y el destino no se cumple por sí mismo. Tú lo haces.
La intención es la señal, pero la acción es el amplificador. Porque un sueño sin disciplina es solo una fantasía, y la magia sin movimiento se desvanece.
El universo conspirará; te enviará las señales, las personas y los momentos perfectos. Pero aún así, tienes que dar el paso, presentarte, entrenar, construir, practicar cuando sea difícil,
mantenerte abierto cuando dé miedo y confiar cuando aún no esté claro.
Porque el hechizo más poderoso que puedes lanzar es aquel en el que tu intención y tu acción están de acuerdo.
Cuando eso sucede, la realidad se reconfigura a tu favor —no porque la hayas forzado, sino porque te has convertido en ella. Así que mantén la visión, pero no solo esperes a que llegue: camina hacia ella, un paso valiente a la vez. Esto no es fantasía, esto es alineación.
Y tú eres la señal, el emisor y el escultor del camino
Desconozco el autor