Grulla psicología y nutrición

Grulla psicología y nutrición Psicología y nutrición

La ansiedad, en la mayoría de los casos, no es producto del miedo en sí, sino del intento de controlarlo.Cada vez que la...
28/10/2025

La ansiedad, en la mayoría de los casos, no es producto del miedo en sí, sino del intento de controlarlo.

Cada vez que la persona intenta dominar su cuerpo, sus pensamientos o sus emociones, lo único que logra es alimentar ese mismo sistema de alarma.

El 7 Noviembre se cierra el acceso a mi formación sobre intervención en problemas de ansiedad. En este curso vas a descubrir una mirada distinta sobre este tipo de casos más allá de los clásicos topicazos para intervenir en ansiedad.

Comente este post si te interesa recibir información y te mando por privado el enlace.

Posponer la recuperación de un TCA por no sentirse lista aún es un fenómeno bastante habitual. Sentir que no se cuenta c...
27/10/2025

Posponer la recuperación de un TCA por no sentirse lista aún es un fenómeno bastante habitual. Sentir que no se cuenta con los recursos para poder hacerlo o que l situación no es lo suficientemente grave.

Sin embargo esperar a sentirse lista es una manera de mantener vivo el ideal de control dentro de un proceso que solo puede avanzar si se acepta la incertidumbre. Es la forma más elegante que tiene el miedo de presentarse como prudencia.
El “no ahora” encierra un anhelo de perfección que el TCA conoce bien. El trastorno susurra que la fortaleza consiste en saber esperar el momento adecuado, en no precipitarse. Y mientras tanto, ese momento nunca llega. Así, la vida se aplaza indefinidamente en nombre de una preparación que en realidad es evitación.

Desde la clínica, es importante no confrontar esta creencia como simple resistencia, sino como expresión de una necesidad de orden frente al caos. El paciente no teme el cambio en sí, sino la desorganización que imagina que lo acompaña. En ese sentido, la tarea terapéutica no es empujar, sino acompañar el paso del “cuando esté lista” al “aunque no lo esté, puedo intentarlo”.

El cambio nunca llega en condiciones ideales; siempre implica una pérdida parcial de equilibrio. Y tal vez el verdadero inicio de la recuperación no ocurre cuando alguien se siente preparado, sino cuando se cansa de posponer la vida esperando sentirse así. La preparación, al final, no es un punto de partida: es una consecuencia de haber comenzado

En resumen:Sí, una persona gorda puede estar físicamente sana, si:👉 Sus marcadores metabólicos están dentro de rangos no...
22/10/2025

En resumen:

Sí, una persona gorda puede estar físicamente sana, si:

👉 Sus marcadores metabólicos están dentro de rangos normales

👉Mantiene hábitos saludables y funcionales

👉 No presenta limitaciones físicas o comorbilidades asociadas al exceso de grasa visceral

Y no, no todas las personas delgadas son saludables.



El peso es un dato; la salud es un sistema mucho más complejo.

Buena parte del tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria no consiste solo en modificar conductas aliment...
21/10/2025

Buena parte del tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria no consiste solo en modificar conductas alimentarias, sino en acompañar el tránsito entre las distintas fases del cambio.

Desde la lógica de la entrevista motivacional, sabemos que el avance terapéutico rara vez es lineal: el paciente oscila entre la negación, la ambivalencia, la preparación y la acción, con idas y vueltas que no son retrocesos, sino parte del proceso de reorganización psicológica.

En los TCA, este tránsito se complica porque el síntoma no se vive solo como un problema, sino también como una solución: una forma de control, identidad, protección o comunicación.

Por eso, cada intento de cambio activa un sistema de defensa que no debe entenderse como obstáculo, sino como expresión del miedo a perder algo que el TCA ha representado.

Con este recurso te enseño como trabajar con las principales resistencias para avanzar hacia el cambio.

Solo tienes que seguir 3 pasos y lo recibirás por privado:

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Espero que te resulte muy útil :)

Todos sabemos tratar la ansiedad, al menos sobre el papel. La dificultad viene cuando aplicando las técnicas y pautas ha...
20/10/2025

Todos sabemos tratar la ansiedad, al menos sobre el papel. La dificultad viene cuando aplicando las técnicas y pautas habituales el paciente no mejora.

Si quieres aprender a intervenir en problemas de ansiedad desde una mirada funcional y distinta, ya está abierta la inscripción a mi formación (solo es posible apuntarse hasta el 7 de Noviembre).

Comenta este post y te mando el enlace con toda la información,

Lo interesante de este fenómeno es cómo revela la jerarquía que, incluso dentro del sufrimiento emocional, seguimos otor...
16/10/2025

Lo interesante de este fenómeno es cómo revela la jerarquía que, incluso dentro del sufrimiento emocional, seguimos otorgando a los datos objetivos frente a la experiencia subjetiva.

El mensaje implícito parece ser: “si el laboratorio no lo ve, no existe”. Y en ese sentido, las analíticas “buenas” funcionan como un argumento tranquilizador no solo para el paciente, sino también, y esto es más incómodo de admitir, para el entorno (clínico también). Es el alivio de poder seguir mirando hacia otro lado.

Pero en realidad, que los valores salgan normales no habla de salud, sino de una fisiología que aún no se ha roto del todo. .

El cuerpo no avisa con números. A menudo, los primeros signos de deterioro no están en la sangre, sino en la relación con el propio cuerpo, en la rigidez mental, en la pérdida de deseo, en la anestesia emocional. Cuando el paciente necesita un análisis que “demuestre” su malestar, ya hay una desconexión profunda entre sentir y creer.

Nuestro trabajo, entonces, no es convencerle de que está enfermo porque la analítica lo diga, sino acompañarle a reconocer que algo va mal aunque la analítica no lo diga. Que lo grave no es que los resultados estén bien, sino que eso le sirva de argumento para seguir dañándose.

Lo interesante de este fenómeno es cómo revela la jerarquía que, incluso dentro del sufrimiento emocional, seguimos otor...
15/10/2025

Lo interesante de este fenómeno es cómo revela la jerarquía que, incluso dentro del sufrimiento emocional, seguimos otorgando a los datos objetivos frente a la experiencia subjetiva.

El mensaje implícito parece ser: “si el laboratorio no lo ve, no existe”. Y en ese sentido, las analíticas “buenas” funcionan como un argumento tranquilizador no solo para el paciente, sino también, y esto es más incómodo de admitir, para el entorno (clínico también). Es el alivio de poder seguir mirando hacia otro lado.

Pero en realidad, que los valores salgan normales no habla de salud, sino de una fisiología que aún no se ha roto del todo. .

El cuerpo no avisa con números. A menudo, los primeros signos de deterioro no están en la sangre, sino en la relación con el propio cuerpo, en la rigidez mental, en la pérdida de deseo, en la anestesia emocional. Cuando el paciente necesita un análisis que “demuestre” su malestar, ya hay una desconexión profunda entre sentir y creer.

Nuestro trabajo, entonces, no es convencerle de que está enfermo porque la analítica lo diga, sino acompañarle a reconocer que algo va mal aunque la analítica no lo diga. Que lo grave no es que los resultados estén bien, sino que eso le sirva de argumento para seguir dañándose.

En las redes sociales, el cuerpo se ha convertido en una herramienta de visibilidad. No porque las personas lo hayamos d...
13/10/2025

En las redes sociales, el cuerpo se ha convertido en una herramienta de visibilidad. No porque las personas lo hayamos decidido libremente, sino porque los algoritmos y las dinámicas sociales refuerzan ese comportamiento.

Desde edades cada vez más tempranas, los usuarios descubrimos que las publicaciones donde aparece el cuerpo generan más interacción: más “me gusta”, más comentarios, más seguidores. Esa respuesta actúa como un potente refuerzo positivo, consolidando la idea de que el cuerpo es una vía eficaz para obtener reconocimiento y valor social.

Este aprendizaje temprano no se borra con la madurez. Se interioriza como una asociación automática entre exposición corporal y validación externa. El problema no es solo que se refuerce la autoobjetivación (ver el propio cuerpo desde la mirada del otro), sino que esa mirada se convierte en criterio de autovaloración.

El cuerpo deja de ser vivido desde dentro (como experiencia, como identidad) y pasa a ser gestionado desde fuera (como imagen, como estrategia).

En ese proceso, la relación con la imagen corporal se distorsiona y el riesgo de TCA aumenta exponencialmente.

Ya no se trata de habitar el cuerpo, sino de optimizarlo: ajustarlo a un estándar, mantenerlo disponible para ser visto, comparado, evaluado. La autoestima queda enganchada al rendimiento visual del cuerpo en un entorno digital que opera como un mercado de atención.

No hace falta que nadie diga explícitamente “muéstrate para valer más”; el propio sistema lo enseña, cada vez que premia la exposición y silencia la autenticidad. Y así, en lugar de aprender a ser, aprendemos a mostrar.

Esta visión del TCA, en concreto de la AN (aunque pienso que es extensible a muchos otros TCAs) es muy interesante.Los h...
08/10/2025

Esta visión del TCA, en concreto de la AN (aunque pienso que es extensible a muchos otros TCAs) es muy interesante.

Los hábitos son comportamientos automatizados. De modo, que la intervención deberá centrarse en encontrar la manera más sencilla y efectiva de desautomatizar dichos hábitos.

Si te ha parecido interesante este contenido, comparte :)

Hace unos días estuve viendo a Viva Suecia en el Granada Sound. Era un grupo que no tenía muy trabajado, pero descubrí u...
07/10/2025

Hace unos días estuve viendo a Viva Suecia en el Granada Sound. Era un grupo que no tenía muy trabajado, pero descubrí uno de sus hits :

“Me estoy ahogando cerca de la orilla y nadie está mirando al mar.”

Una frase que dice muchas cosas.

La gente puede ahogarse justo donde se supone que debería poder salvarse sola. En la orilla. A un paso de tierra firme. Con el agua apena cubriéndote las tobillos.. Donde desde fuera parece imposible que estés mal. Porque respiras. Porque sonríes. Porque funcionas.

Pero lo que la frase desnuda con brutal precisión es ese tipo de depresión silenciosa. Esa que no se vive desde una cama, sino desde un escritorio. Desde una reunión. Desde una cena con amigos. Esa en la que sigues cumpliendo, pero cada día cuesta un poco más levantarte. Esa donde nadie ve el esfuerzo titánico que haces para que no se note que te estás desmoronando.

Y es que el problema no es solo el peso del agua. Es que nadie está mirando al mar.
Están mirando el móvil. El trabajo. Las redes. Tus “buenos días” automáticos. Tu ropa limpia. Tu tono amable.
¿Quién sospecharía que te estás ahogando si todavía sigues contestando los mensajes?

Viva Suecia lo dice con una claridad que a veces nos falta incluso a los profesionales: puedes estar a un paso de la orilla y aún así no poder salir. Porque la depresión no se mide en metros de profundidad, sino en cansancio acumulado, en falta de sentido, en lucha constante con uno mismo.

Y ese es uno de los puntos ciegos más peligrosos para quienes acompañamos, incluso desde la clínica: pensar que alguien ya está “fuera de peligro” solo porque ha salido de la crisis aguda. Porque ha vuelto a la rutina. Porque ya no habla tanto de lo que le pasa.

Pero la orilla no es la salvación. La orilla es el lugar donde más fácil es que te ignoren. Donde más difícil es pedir ayuda.

Cuando un cuerpo que ha pasado años en guerra no obedece a la lógica del “déficit calórico”, decimos que falta fuerza de...
06/10/2025

Cuando un cuerpo que ha pasado años en guerra no obedece a la lógica del “déficit calórico”, decimos que falta fuerza de voluntad.

El cuerpo sometido a años de restricción aprende a sobrevivir en la escasez. No confía. Se vuelve prudente. Guarda energía, retiene líquidos, cambia su metabolismo para protegerse del siguiente asalto.

La paradoja es cruel. Durante años se le exige a la persona constancia, disciplina, sacrificio. Pero cuando su cuerpo se aferra a la homeostasis, el mensaje implícito es que no se esfuerza lo suficiente. Y cuando finalmente el peso baja gracias a un fármaco que anula el hambre, se celebra como éxito. No se cuestiona que el hambre no sea un síntoma del problema, sino una de las funciones vitales que permiten sostener la vida.

El reto terapéutico es poder ofrecer otra lectura posible: que el cuerpo no necesita obedecer, sino ser escuchado. Que las oscilaciones no son pruebas de debilidad, sino registros de supervivencia. Y que el verdadero cambio no ocurre cuando el peso desciende, sino cuando la persona deja de medir su valor en kilos y empieza, por primera vez, a habitar su cuerpo sin miedo.

Vivimos en una cultura que ha convertido al cuerpo en un bien de consumo. No se trata solo de “gustar” o “estar en forma...
02/10/2025

Vivimos en una cultura que ha convertido al cuerpo en un bien de consumo. No se trata solo de “gustar” o “estar en forma”, sino de un mercado simbólico en el que cada cuerpo se ofrece como un inmueble a reformar.

Pintura nueva, derribo de muros, decoración de interiores, revalorización para la venta. Las dietas extremas, los entrenamientos punitivos, la cirugía estética, los retoques digitales, funcionan como arquitectos y promotores inmobiliarios de un mercado sin escrúpulos: hay que aumentar el valor de mercado del cuerpo, que ya no se percibe como lugar de experiencia, sino como mercancía transaccionable.

En este marco, el TCA deja de ser un fenómeno individual para revelarse como un síntoma cultural. No hablamos de personas que “no se aceptan”, hablamos de un sistema que exige una constante remodelación corporal para seguir siendo digno de exposición.

Igual que en la especulación inmobiliaria, siempre hay alguien dispuesto a tasar, comparar y determinar qué cuerpos “valen más” y cuáles no. Y mientras tanto, el habitante –la persona, la subjetividad– queda desplazado, como si lo importante fuera el revestimiento y no la vida que sucede dentro.

La consecuencia es obvia: la autoalienación.

El cuerpo se vuelve objeto, ya no refugio. Y desde ahí, los trastornos de la conducta alimentaria no son un accidente, sino una respuesta radical a la presión de una cultura que exige que vivamos en un escaparate.

Tu cuerpo es tu hogar. No se alquila. No se vende. No se subasta.

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