
04/09/2025
Durante años he evitado hablar de deterioro cognitivo.
No porque no lo vea, sino porque me niego a tratar a las personas como una etiqueta.
Cuando muestro casos con final feliz, la mayoría tienen deterioro cognitivo.
Pero confieso algo: me remueve las entrañas.
¿Por qué?
A veces veo insomnio que en realidad tiene que ver con el corazón…
y la respuesta oficial es: “insomnio por deterioro cognitivo”.
A veces veo caídas con proteínas en el suelo…
y la respuesta es: “se cae porque tiene deterioro cognitivo”.
A veces veo ansiedad con mil causas posibles…
y la respuesta siempre es la misma: “es agitación por el deterioro cognitivo”.
Y de repente, yo estuve ahí.
A mí me dijeron: “esto es por la edad, no hay nada que hacer”.
Sentí que me daban la pala para cavar mi tumba.
Por eso, cuando tengo delante a una persona con problemas de memoria,
no me pierdo en la etiqueta.
Me pierdo en su marcha, en sus proteínas, en su medicación, en su desayuno.
Prometo a las familias que la parte cognitiva mejorará…
pero primero debemos reforzar las vigas del edificio.
Si callé hasta ahora fue porque necesitaba sanar mi propia historia.
Pero hoy ya no.
Hoy tengo la obligación de rebelarme contra cada “es normal por la edad”.
Porque sé en carne propia que no es cierto.
👉 Si buscas una respuesta más allá de la etiqueta, hoy empieza tu camino. Seguimos mañana