02/12/2019
El EMDR nace cuando la doctora en psicología y psicoterapeuta Francine Shapiro se percata a finales de los 80 de que con el movimiento de sus ojos de un lado a otro, el malestar experimentado frente a sentimientos desagradables podía disminuir o desaparecer. Es una terapia que se encuentra avalada por la comunidad científica, por la OMS, la asociación americana de psicólogos (APA) y multitud de otros organismos, sobre todo en lo relacionado con el tratamiento del trauma psicológico.
La terapia se basa en que el trauma es una información almacenada en el cerebro de forma disfuncional, por lo que no se puede integrar en la experiencia cotidiana. Ante un estímulo que el cerebro inconscientemente asocia con esa memoria mal almacenada, se produce el malestar psicológico, emocional o corporal (ansiedad, depresión, estrés, enfermedades psicosomáticas, angustia, miedo, taquicardias, sudoración excesiva, etc). Cuando se asiste a terapia EMDR, estimulamos un mecanismo de reordenación de la información similar al que se produce durante el sueño en la fase REM (en la cual también se mueven los ojos involuntariamente, en los llamados movimientos sacádicos). De esa manera, en el momento presente y de ahí al futuro dejamos de sufrir estas sensaciones o emociones desagradables, o de tener pensamientos negativos y disfuncionales