25/01/2022
Esta más que claro que se ha encontrado LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO en la producción e implementación de vacunas (de muy dudosa necesidad y eficacia), a través de la CREACIÓN ARTIFICIAL DE ENFERMEDADES para luego ofrecer una cura. Los temerosos a la muerte, es decir, la gran mayoría, caerán como moscas en esta emboscada psicológica que no ofrece más alternativa que el de pasar por el aro. Ahora se vende vida.
Un enfoque meramente comercial y lucrativo ¡muy lucrativo! y que en su exposición rehúsa hacer ningún tipo de apología a la vida sana para el mantenimiento de la salud, no, ese no es el camino propuesto. La salud y, más importante aún, la supervivencia, parece ser únicamente accesible a través de los medios que los interesados más les conviene ofrecer; los cuales son, evidentemente, sus PRODUCTOS.
Lo que hay detrás de todo esto está muy claro, el mensaje no puede ser más inequívoco: o compras nuestros productos y servicios o no llegarás a mañana. Lo que poca gente se para a pensar es que aquellos mismos que generan los "remedios" son los que producen los patógenos. Si esto no te lo crees, lamento decirte que caes en la ignorancia más ciega que pueda haber. Tener la evidencia delante de tus narices y no creerla es una temeridad, además de una profunda insensatez. Definitivamente, quienes creen que esto es un síntoma de ser "negacionista" o algo por el estilo, no alcanzan a ver el lado oscuro del ser humano y, desde luego, tampoco saben nada sobre cómo hacen fortuna las empresas que no tienen escrúpulos, como por ejemplo, la farmacéutica, muy bien relacionada con los sistemas de gobierno y más en alza que nunca en los mercados económicos.
Ahora el control va más allá y alcanza su máximo apogeo; ahora se juega con las vidas de las personas a través de su salud. Esto no es nuevo, pero ahora se está desbordando como lo hace un estanque ante las lluvias torrenciales. Está inundando nuestras vidas.
Se sabe desde hace bastantes años que las guerras venideras no iban a ser nucleares ni armamentísticas, sino víricas y patógenas. Ahora, no es una conjetura, sino una realidad palpable.
Hasta el día de hoy, han estado diseminado una variante más virulenta de lo que siempre ha sido un resfriado, creada conscientemente en laboratorio y esparcida, muy probablemente, a través de los cielos. Pero esto se está quedando atrás y hay que seguir avanzando, hay que seguir mejorando la estrategia y apretando la tuerca con opciones más peligrosas. Tal vez pasen de jugar con un resfriado que colapsa los pulmones a un virus mucho más peligroso ¡quién sabe cuál!. No lo digo yo, lo dice Bill Gates, el filántropo más interesado del mundo en nuestra salud y bienestar. Todo está calculado al detalle, no dan puntada sin hilo.
La estrategia pasa por ir de menos a más. Ahora que la gente ya está condicionada y adiestrada para aceptar las normas y las imposiciones gubernamentales (¡no sanitarias!) que se les imponga, se pasa a forzar más la estrategia con la dispersión de virus más letales; ese es el por venir, lamentablemente. Nuestra vida en manos de las grandes corporaciones... y de los nuevos "predictores" de acontecimientos. Está claro que Bill Gates ha querido tomarle el relevo a Nostradamus como generador de profecías. ¡Que Dios nos pille confesados! Ahora es él el que dice y determina cómo será nuestro futuro... y no parece muy prometedor.
¿Qué será de nuestros hijos, y de los hijos de nuestros hijos? ¿Qué mundo les estamos dejando o, mejor dicho, permitiendo que se les deje? Está claro que los ciudadanos de a pie no son los que crean el problema, pero sí son cómplices de permitir que el verdadero virus (los corruptos) campe a sus anchas y determine el futuro de la humanidad.
Es cierto que yo no tengo todas las respuestas a nuestros problemas, ni tampoco tengo claro cuál es el mejor medio de obrar para acabar con esta situación tan poderosamente desarrollada, pero sí tengo clara una cosa: o la gente hace un cambio de paradigma interno, o estamos condenados a la esclavitud más inhumana jamás vista. O despertamos de esta pesadilla y nos revelamos ante ella, o ella nos aprisionará sin salida y nos consumirá. Esta es la verdadera profecía que habría que valorar y tener en cuenta, pues es hacia donde nos dirigimos. Otra cosa es cierta: mirar hacia otro lado no nos salvará. Creer que pensar en positivo sin hacer nada será la solución es una necedad. Así que dejemos el exceso de confianza para otra ocasión y circunstancia, y veamos con claridad lo que se nos presenta ante nuestros ojos.
Paola Guerrero