14/05/2025
"No voy a hablar de lo gran profesional que era, sino de su lado más humano.
La conocimos hace 30 años en su gabinete de la calle Cervantes. Para nosotros, y para muchas otras familias en las mismas circunstancias —padres oyentes con hijos con deficiencia auditiva e implantados cocleares—, fue un rayo de luz en nuestras vidas, justo cuando todo se había oscurecido tras recibir el diagnóstico de sordera bilateral profunda.
Con nuestros hijos actuaba como logopeda, y con nosotros como psicóloga: nos apoyaba, nos aconsejaba y nos ofrecía esa ayuda tan necesaria para no hundirnos ante un mundo desconocido, lleno de dudas y desinformación. Nos enseñó cómo actuar con nuestros hijos en casa, en el colegio, en la vida.
Gracias por todo.
Nunca te olvidaremos.
Te llevamos en el corazón."