23/11/2025
En el ámbito científico, especialmente dentro de la dermatología y la morfofisiología ungueal, las uñas no se clasifican por “formas estéticas”, sino por parámetros anatómicos, estructurales y funcionales. Las variaciones en la forma pueden reflejar características genéticas, biomecánicas o incluso estados patológicos. Entre las formas descritas en literatura científica se encuentran:
1. Uña Normotípica
La forma considerada fisiológicamente normal: lámina ungueal lisa, convexidad ligera y bordes paralelos. Su morfología facilita la protección digital y la precisión táctil.
2. Uña Dolicooníquia (uña larga y estrecha)
Lámina ungueal alargada con gran longitud en relación al ancho. Puede aparecer en sujetos con dedos largos y finos o asociarse a síndromes hereditarios como Marfan.
3. Braquioniquia (uña corta y ancha)
La lámina se presenta más ancha que larga. Se relaciona con variaciones anatómicas de la falange distal o con algunos trastornos congénitos.
4. Platoníquia (uña plana)
La superficie ungueal presenta mínima convexidad. Puede ser una variante normal o asociarse a déficit nutricional, anemia o trastornos tiroideos.
5. Coiloniquia (uña en forma de cuchara)
Concavidad acentuada en la lámina, con bordes elevados. Frecuentemente vinculada con anemia ferropénica, hemocromatosis o exposición química prolongada.
6. Uñas Hipercurvadas (uña en pinza o pincer nail)
Curvatura transversal exagerada que puede causar compresión dolorosa de los tejidos laterales. Se relaciona con factores genéticos, envejecimiento, artrosis o uso de calzado estrecho.
7. Onicogrifosis
Engrosamiento severo con curvatura marcada, común en pacientes geriátricos. Asociada a traumatismos repetitivos o trastornos circulatorios.
8. Anoniquia Parcial o Total
Ausencia congénita o adquirida de la lámina ungueal. Puede estar ligada a síndromes genéticos o traumatismos severos.