11/12/2025
Lo llaman ser independiente y a veces es trauma decorado.
Hay quien vive bajo el paraguas de
“soy independiente, no necesito pareja…”
cuando en realidad su alma está abrazando el cojín del sofá como si fuera un ser vivo.
(Que no pasa nada, yo también lo hice).
No necesito pareja… dijo el miedo disfrazado de independencia.
Y ese “lago de independencia imaginado” suele esconder miedos y creencias falsas:
• miedo al compromiso
• miedo a perder la libertad que protege tus heridas
• miedo a necesitar y que no te den como tú necesitas
A veces la independencia te hace feliz.
A veces es un disfraz elegante para evitar mirar lo que duele por dentro.
Porque debajo del “es que soy independiente”
suele aparecer esto:
• miedo a que alguien te conozca y vea tus sombras
• miedo a recibir amor… o a dar demasiado
• vergüenza a mostrar tus emociones
• miedo a convivir y que aparezca el fantasma: “¿y si me abandona?”
Ese “yo no quiero pareja” muchas veces se traduce en:
“no quiero enfrentar lo que me pasa por dentro cuando aparece la posibilidad real de una convivencia”.
La independencia elegida desde una herida traumática es una huida.
Si te reconoces aquí deja de juzgarte.
Yo también llamé independencia a lo que era inseguridad y autoprotección.
¿Vives tu vida desde la libertad o desde un miedo maquillado?
Si te apetece compartir, te leo.
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