26/10/2025
NO APRENDEMOS
Hay un influencer con 2 millones de seguidores, llamado “DestinoPositivo” que ha hecho un vídeo reaccionando a un niño de 9 años maquillándose. Un crío que simplemente está jugando, expresándose, siendo creativo… y él suelta que “esas pajarerías no las apoyaría” que ya, si eso, cuando tenga 14 años. Como si un niño tuviera que pedir cita previa para explorar quién es.
Y luego empieza con lo de siempre: que si maquillarse significa “confusión”, que si ser gay es “un gusto” que hay que “rescatar” al niño para que sea “correcto”, y si no se puede “protegerlo de enfermedades”.
Todo dicho desde ese tono de falso buen rollo que huele a prejuicio a kilómetros. Que además termina con un bueno es mi opinión (opinión a 2 millones de adultos, muchos de los cuales tienen hijos y van a lanzar el odio a sus hijos que “maman” en este video)
Lo que a mí me flipa es cómo algunos adultos ven más peligro en un niño maquillándose que en ellos mismos llenándose la boca de odio… encima aprovechando para monetizarlo.
Y claro, en comentarios lo de siempre: “Dios no quiere eso”, “yo lo echaría de casa”, “espera a los 14, 15, 16…”.
Pues mira, ya que preguntan tanto… ¿Con qué edad te diste cuenta tú de si te gustaban los chicos, las chicas o ambos? Yo lo supe con 6 años. Porque la orientación no aparece por arte de magia cuando soplas las velas de los 14. Está ahí desde siempre.
Pero nada, sigamos culpando al maquillaje.
Sigamos pensando que la infancia se rompe por dejar a un niño ser feliz y no por enseñarle a odiarse.
Lo gracioso —o lo trágico— es que la peor lacra no son evidentemente los niños que brillan, sino los adultos que apagan luces en nombre De Dios, por Dios me permito hacer infeliz a mis propios hijos, dais asco queridos adultos, mucho asco.