31/10/2025
Hay momentos en los que acompañar desgasta.
No porque falte vocación,
sino porque das más de lo que te das.
Escuchas, sostienes, contienes…
y el cuerpo empieza a hablar: cansancio, tensión, sueño que no te deja descansar.
No es debilidad.
Es la forma que tiene tu energía de pedirte atención.
Cuidarte no te aleja de tu labor,
te devuelve la claridad y la calma que el otro necesita de ti.
Porque acompañar también es escucharte, darte tu espacio.