08/11/2023
Llegar a casa cada día con dolor y tensión muscular es una experiencia común para muchas personas. A priori, podría parecer extraño utilizar el Psicodrama (o cualquier psicoterapia) para resolver este problema, pero deja de parecerlo cuando entendemos lo que está pasando. Podemos verlo con un ejemplo:
"Marta llega todos los días con dolor y tensión en los trapecios y el cuello. Lo asocia a tener mala postura trabajando, ya que se ha dado cuenta de que tiende a tener la cabeza adelantada y los hombros subidos.
Pero, ¿qué es lo que está sucediendo en su cerebro?
El cerebro de Marta está detectando, a un nivel ni siquiera consciente, pistas de peligro, y está desencadenando una respuesta defensiva, una especie de "¡Escóndete!" encubierto, que hace que su respiración se vuelva superficial y sus hombros suban, escondiendo la cabeza. A la vez, viene acompañado por pensamientos como "lo que has hecho no está perfecto, te van a castigar".
Si le preguntaran a Marta si necesita esconderse continuamente en su trabajo, la respuesta posiblemente sería negativa. Sin embargo, el patrón que se activa se aprendió mucho tiempo atrás, en vínculos antiguos, y se ha vuelto automático.
Para que el cerebro de Marta deje de dar la orden de esconderse, además de tomar conciencia de lo que está ocurriendo, será necesario reparar la memoria corporal donde se aprendió y se fijó ese patrón.
Por supuesto, dado que el patrón está fijado también por el sistema fascial, será necesario liberar dicho sistema, preferiblemente con Inducción Miofascial.