13/09/2022
Hay determinadas frases de autoayuda que, si bien nacen con buenas intenciones, más que ayudar, entorpecen el proceso de crecimiento y le hacen a uno tocar con malestar. Hace poco vi estas frases motivacionales que me llamaron la atención y que quisiera ir desmontando:
“Disfruta del momento”:
Exigirse disfrutar del momento es una tarea demasiado pesada. El verdadero disfrute llega cuando nos quitamos la exigencia del disfrute, siendo fieles a lo que necesitamos en cada momento.
Lo que sí es saludable es estar consciente del momento presente, sea éste como sea, pues también la vida es disfrute, pero no sólo. Una propuesta más sana es ponerle conciencia a cada momento presente, venga como venga.
“El fracaso no es una opción”:
El fracaso y la frustración son parte de la vida. Fracasar es inevitable, y lo más adecuado es asumirlo con la mayor ecuanimidad posible. ¿Qué pasa si me creo este mensaje y luego fracaso? La frustración y el sufrimiento estarán garantizados. Tenemos derecho a fracasar.
“Demuestra todo lo que vales”:
Ya hemos hablado en este blog de qué significa una sana autoestima. Se puede confundir con el narcisismo, que es justamente eso, la tendencia a demostrar a los demás la propia importancia o grandiosidad. Pero normalmente las conductas narcisistas son conductas compensatorias porque precisamente en el interior hay una carencia seria de autoestima.
Liberarse de la compulsión por querer demostrar lo que uno vale es parte del proceso constructivo de una buena autoestima.
“Cuando existen ganas, todo es posible”:
Cuando tenemos un proyecto en marcha, es imprescindible enfocarnos, y poner todo el empeño, motivación e ilusión al servicio. A veces hay que dar un salto al vacío y remangarse si de verdad queremos cambios. Es el ingrediente fundamental.
Pero, ¿Qué pasa cuando después de tanto sembrar no cosechamos los frutos que esperábamos? Desde luego, es una posibilidad. Somos responsables de la siembra, pero no de la cosecha. Hay muchos otros factores contextuales que pueden facilitar o por el contrario impedir la cosecha. Y si no cosechamos lo que esperábamos no debemos culparnos: no somos omnipotentes.
“Ama siempre”:
¿Siempre, siempre? Qué exigencia tan grande ¿no? No hay duda que el amor es algo de lo más elevado que un ser humano puede experimentar. Pero ni podemos amar siempre ni a todo el mundo. No es real. Podemos experimentar emociones que nos impiden conectar con el amor, y no pasa nada, forma parte de nuestra condición humana.
También pasa con uno mismo, no siempre uno sabe amarse, a veces nos podemos poner enemigos de nosotros mismos. Es parte del proceso de irse queriendo cada vez un poquito más. Y está bien así.
“Un día sin reír es un día perdido”:
Claro que la risa es muy terapéutica. Pero no siempre hay ganas de reír. Imagínense el efecto tan poco terapéutico que puede tener esta frase en alguien que esté atravesando por una depresión o un duelo.
La risa, la carcajada, solamente si es genuina es sanadora. Hay días de risas, hay días de llantos, hay días de ni una cosa ni otra. La vida misma.
LA MALA AUTOAYUDA NO AYUDA:
Uno de mis objetivos al escribir este artículo es que pueda servir de sana autoayuda a quien lo lea. Estos mensajes pueden generarnos presión, culpa u otro tipo de pensamientos o emociones desagradables.
No dejemos de reconocer amorosamente nuestra humanidad, que incluye nuestra torpeza, límites e imperfecciones. Eso es lo que paradójicamente nos ayuda al verdadero cambio. Partir desde quienes somos, y no desde un ideal de cómo deberíamos ser, qué deberíamos hacer o cómo deberíamos sentirnos. Lejos de ayudarnos nos asfixia.
Un artículo de Rafael Pérez
Las frases clichés de autoayuda parten de buenas intenciones, pero ¿ayudan realmente? Vamos a dar un repaso a algunas de ella.