10/08/2025
"La pregunta que quiero abrir es sobre si la práctica analítica se ve afectada o no, por la posición del analista frente a los derechos humanos.
Freud en 1915 en “Consideraciones sobre la guerra y la muerte” ya nos advierte sobre la crueldad psíquica al estar bajo el influjo de la pulsión de muerte y que “navegar es necesario, vivir no es imprescindible”, es como si para soportar la paz, fuera necesario prepararse para la guerra, es decir “Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte”, pero en un genocidio, ¿ese influjo de la pulsión de muerte es el mismo, en un lado que en otro?
Sabemos que el psicoanalista mantiene su neutralidad, no se significa políticamente; por un lado está el ciudadano y por otro el analista, pero creo que hay un punto en que las asíntotas pueden rozarse, y como señala Thamy Ayouch, “El psicoanálisis suele volverse muy normativo cuando pretende ocuparse únicamente de una realidad psíquica pura, totalmente distinta de la realidad social para acabar reproduciendo las normas vigentes en su teoría y en su práctica... La raza, el género, la clase, la sexualidad y la validez le recuerdan al analista hasta qué punto su práctica es política”. La raza en el diván. Lo subjetivo es político.
No se trata de confundir al sujeto del inconsciente con lo social pero sí de no estar de espaldas al mundo."
Fuente: "Mirar a Gaza. Desde el río al mar" por Ana Castaño en
https://www.nuevatribuna.es/articulo/global/mirar-gaza-rio-mar/20250805145554241153.html
