19/12/2025
A veces no hacen falta grandes tratamientos para conseguir un cambio increíble.
Las microcarillas de porcelana son el claro ejemplo: tan finas que parecen invisibles, pero capaces de mejorar color, forma y armonía en cuestión de milímetros.
Lo mejor es que no se tallan los dientes, se colocan de forma mínimamente invasiva y se integran con una naturalidad que hace imposible distinguir dónde empieza tu diente y dónde termina la carilla.
Muchos pacientes nos dicen: “No quería una sonrisa perfecta, solo una sonrisa mía, pero más bonita.”
Y justamente de eso se trata.
Porque a veces, el cambio más pequeño es el que más se nota.