26/12/2024
Como sociedad debemos hacer introspección y reparar muchas actitudes , o pensamientos automáticos (categorizaciones asociadas a una acción u opinión expresada) que grupalmente, valga la redundancia, podían parecer validados ( que no justificados ) pero que individualmente muchos incluso habrían rechazado. Es un trabajo de cada uno/a hacer esa reflexión, esa voluntad de cambio, y entonces, en algún momento, por mecanismos que todavía estudia la ciencia, eso aflora como sociedad. Porque no somos islas. Es de Justicia, de Empatía Evolucionada, darle a Zosia su humanidad y su descanso, aunque sea hoy, cuatro cientos años después, a su recuerdo.
Los científicos han recreado a Zosia, una joven de 400 años de edad, enterrada con ataduras de hierro en el cuello y los pies: la gente creía que era una "vampira". Los expertos dicen que probablemente fue condenada al ostracismo por afecciones médicas como desmayos y problemas de salud mental, malinterpretados como signos de posesión de otro mundo. El arqueólogo sueco Nelson dijo: "Quienes la enterraron hicieron todo lo posible para evitar que volviera a la vida, y nosotros hicimos todo lo posible para devolverla a la vida". Los restos de Zosia fueron descubiertos en un cementerio del siglo XVII en Pien, al norte de Polonia. Su tumba estaba marcada por un candado en el pie y una hoz de hierro en el cuello, rituales destinados a evitar que se levantara de entre los mu***os. Usando una réplica impresa en 3D de su cráneo, el arqueólogo sueco Oscar Nilsson recreó minuciosamente su rostro, capa por capa, revelando a una joven cuya vida estuvo ensombrecida por el miedo y la superstición. La reconstrucción arroja luz sobre la humanidad de Zosia y pone de relieve la trágica realidad que se esconde tras su leyenda vampírica. Su entierro refleja una época en la que las creencias sobrenaturales se alimentaban de un miedo generalizado, sobre todo en la Europa del siglo XVII, devastada por la guerra. El proyecto no solo desafía conceptos históricos erróneos, sino que también devuelve la dignidad a una mujer que en su día fue condenada como un monstruo