Proyecto Humanum

Proyecto Humanum Coaching para humanizar personas y equipos, integrando las técnicas del crecimiento personal y la espiritualidad

Talleres y servicios para humanizar personas y equipos, integrando las técnicas del crecimiento personal y la espiritualidad

30/12/2015

Una conferencia dada en el Ateneo de Madrid en Homenaje a Thomas Merton por el centenario de su nacimiento y proponiendo una vía actual para vivir la sabidur...

23/12/2015
https://www.youtube.com/watch?v=DN245QUw23w
09/12/2015

https://www.youtube.com/watch?v=DN245QUw23w

Thomas Merton, precursor de un nuevo monacato ecuménico Conferencia impartida por José Antonio Vázquez Mosquera, monje cisterciense, miembro de la fraternida...

26/11/2015

Thomas Merton, precursor de un nuevo monacato ecuménico
Conferencia impartida por José Antonio Vázquez Mosquera, miembro de la fraternidad Cristianía
Martes 1 de diciembre a las 19:30 Entrada libre

“El comienzo del amor consiste en dejar que las personas a quienes amamos sean absolutamente ellas mismas, y en no presionarlas para que se amolden a nuestra propia imagen. En este caso, tan sólo amaríamos el reflejo de nosotros mismos reproducido en ellos”. (No man is an Island)

Thomas Merton (Prades, Francia, 1915 – Bangkok, 1968), monje trapense, poeta y pensador estadounidense. Está considerado como uno de los escritores sobre espiritualidad más influyentes del siglo XX. Nació en Prades, Francia. Su padre era de Nueva Zelanda y su madre de Estados Unidos. Su madre falleció cuando era niño. Durante su infancia vivió en Francia, en las Bermudas, en Estados Unidos y en Inglaterra. En este último país, estudió en la Universidad de Cambridge, terminando sus estudios en la Universidad de Columbia, Estados Unidos. Impulsado por una llamada interior, se convirtió al catolicismo en el año 1938. En 1941, ingresó la abadía trapense de Nuestra Señora de Getsemaní en Kentucky, ordenándose sacerdote en 1949. Durante sus 27 años en Getsemaní, Merton se convirtió en un escritor contemplativo y poeta, y se abrió al diálogo con otras religiones, apoyando causas como el pacifismo y los movimientos antirracistas. Merton murió en un accidente en 1968 mientras asistía a una conferencia entre cristianos y budistas en Bangkok. Se encuentra sepultado en el monasterio de Getsemaní. Sus diarios y sus cartas, que por expreso deseo de Merton no se publicaron hasta 25 años después de su muerte, revelan la intensidad de su compromiso con el movimiento por los derechos civiles, la justicia social y el diálogo interreligioso.

La montaña de los siete círculos (1948), su autobiografía, es su obra más famosa, traducida a veintiocho lenguas. También escribió Las aguas de Siloé (1949) y El signo de Jonás (1953), dos volúmenes sobre la vida de los trapenses; Semillas de contemplación (1949) y La vida silenciosa (1957), libros de meditación, así como varios libros de poesía Figuras para un Apocalipsis (1947), Las lágrimas de los leones ciegos (1949) y Las islas extranjeras (1957).

José Antonio Vázquez Mosquera es licenciado en Filología Semítica, postgrado en Counseling. Autor de diversos artículos en revistas y colaboraciones en libros sobre espiritualidad monástica, ecumenismo, diálogo interreligioso y desarrollo humano. Desde hace unos años promueve diversos talleres, retiros y cursos sobre espiritualidad. En la actualidad, es miembro de la fraternidad Cristianía, una fraternidad en formación que quiere vivir y difundir los valores monásticos cistercienses entre los laicos/as, con un espíritu ecuménico e interreligioso.

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15/11/2015

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28/10/2015

La felicidad es en sí misma curativa. La felicidad sin ataduras o dependencias externas (el 'desapego', según el budismo) produce una sensación liberadora y de enorme poder y control sobre la propia vida y la salud. Y la experiencia espiritual, a menudo, te ofrece el atajo directo.

28/10/2015

“Nuestro objetivo es mandar un mensaje de conciencia en el mundo de la empresa. Lo que intentamos transmitir es que, si todos cambiamos internamente, el entorno también lo hará“. Por extraño que pueda parecerle a algunos, estas palabras salen de la boca del presidente de una entidad española dedicad…

21/10/2015

Las personas que tienen inteligencia emocional no se rigen por sus pensamientos; son los maestros de ellos. Descubre tu fuerza emocional hoy con estas 15 señ...

INTELIGENCIA ESPIRITUAL EN LOS NIÑOS (FRANCESC TORRALBA)http://www.prohumanum.net/1. Para bien o para mal, lo vivido, pa...
16/10/2015

INTELIGENCIA ESPIRITUAL EN LOS NIÑOS (FRANCESC TORRALBA)

http://www.prohumanum.net/

1. Para bien o para mal, lo vivido, padecido, gozado y sufrido en la infancia deja mella en la vida de todo ser humano, afecta en el plano consciente e inconsciente y eso repercute, decisivamente, en su futuro bienestar o malestar. De ahí se deriva la suma importancia que tiene prestar la máxima atención a la educación infantil y desarrollar y estimular lo más adecuadamente todo su potencial.

2. La espiritualidad es un tema tabú en la interacción entre padres e hijos, salvo algunas extrañas excepciones.

3. La religión heredada, debidamente pasada por el tamiz de la crítica personal madura, puede ser una fuente de renovación espiritual.

4. No se debe contemplar como una esfera separada del mundo, como un universo paralelo que jamás se cruza con nuestro universo cotidiano. Todo lo contrario: la espiritualidad se expresa y manifiesta en los entresijos de la vida secular.

5. Educar es despertar a la persona, acompañarla para que adquiera el máximo nivel de conciencia; consiste en desarrollar todo su potencial innato, ayudarla a ser lo que está llamada a ser.

6. La educación no puede ser un proceso neutral porque tiene como centro de gravedad a dos seres humanos distintos y herederos de una historia. La educación es, antes que nada, un encuentro entre dos subjetividades. No existe comunidad educativa neutral. No lo es la confesional, pero tampoco lo es la laica.

7. Los niños poseen, naturalmente, una rica vida espiritual, pero raramente se les ofrece un medio para vivirla.

8. Sin ideales no se puede vivir. Se puede subsistir, vegetar, pero no vivir humanamente.

9. La espiritualidad no es una fuga. Una persona espiritualmente inteligente tiene capacidad para discernir los distintos modelos de sentido que le presenta la sociedad, para separar, distinguir y evaluar, a la luz de sus propios criterios, criterios que la pensado, meditado y reflexionado en soledad y en silencio. En este sentido, es una persona que presenta una actitud crítica y que, lejos de convertirse en un ser obediente, desenmascara los procesos de adoctrinamiento y de caza fundamentalista.

10. Las inteligencias, como las neuronas, constituyen una gran red, de modo que el desarrollo de una de ellas afecta a las otras y viceversa.

11. La inteligencia espiritual es un instrumento de primer orden para apreciar más el valor de las cosas y la dignidad de las personas y, en este sentido, no puede identificarse con la ética, pero es una consecuencia de la actividad de la misma. Las personas espiritualmente sensibles (…) desarrollan una conducta ética, fundada en la benevolencia universal y en la práctica de la compasión.

12. La espiritualidad trasciende el campo de la ética y no puede reducirse a ella. Lo espiritual se relaciona con la conexión con todos los seres. Evoca la idea de vínculo, de lazo, de ligazón con la realidad ajena al ser humano, pero también con lo más íntimo de él, el yo profundo.

13. Una persona espiritualmente activa se formula la cuestión del sentido, la razón última que da significado y valor a su existencia personal.

14. Es propio de un ser humano espiritualmente cultivado la voluntad de trascender lo inmediato, de ir más alla de lo visible, de lo aparente, y de hurgar en lo que está allende lo físico y lo material. Esto no presupone, en ningún caso, el desprecio por lo material (…) porque en lo efímero se detecta lo eterno. Entiende la realidad material como un signo visible de la Realidad inmaterial, que lo funda y sostiene todo.

15. En la medida en que la espiritualidad es una predisposición primaria, necesita de un contexto cultural para poder crecer y en el que se reconozca su relevancia. Por ello, nuestra tarea como educadores, cada cual desde su perspectiva y desde su carisma, consiste en reconstruir ese entorno cultural.

16. Cuando una persona filosofa, esto es, se interroga por el sentido de su existencia, está cultivando su espiritualidad, aunque sólo sea de un modo interrogativo.

17. Educar la inteligencia espiritual es fundamental para alcanzar la autodeterminación, la capacidad de decidir y obrar por uno mismo, de convertir la vida personal en un proyecto individual y de integrarse en el conjunto del cosmos.

18. La espiritualidad de cada persona, también la de cada niño, está en constante reconstrucción en virtud de las circunstancias personales y del entorno en que se halla.

19. La espiritualidad se canaliza a través de los esquemas religiosos existentes en el contexto social y cultural al que pertenece el niño.

20. La espiritualidad es la dimensión dinámica de la vida que concierne al modo a través del cual la persona (individuo y comunidad) experimenta, expresa o indaga el sentido de su existencia; al modo como se relaciona con el momento presente y consigo misma, con los otros, con la naturaleza, con Dios y con aquello que es significativo o sagrado.

21. Sería un error separar la cura animae (el cuidado del alma) de la cura mundi (el cuidado del mundo). Las personas espiritualmente sensibles no son seres ajenos a los avatares del mundo.

22. Esta espiritualidad narcisista, de consumo burgués, forma encubierta de individualismo y de prácticas espirituales cuyo fin es el bienestar individual, concebida como una fuga del mundo, como una liberación de la carga de existir con los otros, nada tiene que ver con la espiritualidad que se define a partir del trípode: conciencia, trascendencia y sentido.

23. Cuando la espiritualidad incluye la relación con Dios, se metamorfosea en religiosidad, consciente o inconsciente, pues evoca ya la existencia de una alteridad, de una Realidad que no es el yo, pero que el yo reconoce en el fondo de su ser, con la cual puede interaccionar, reconocerse y acogerse.

24. La clave dell futuro, tanto en el mundo educativo como en el social, no está en competir sino en cooperar.

25. A mi modo de ver, la espiritualidad es transversal, se puede vivir y desarrollar en el marco de las instituciones, pero también en el espacio exterior. La denominada educación religiosa, cuando es auténtica, no se limita a la transmisión de ciertos símbolos, rituales, textos o prácticas, sino que aspira a despertar el fondo espiritual del niño y a estimular su inteligencia espiritual.

26. La espiritualidad afecta a todos los planos del ser humano. Por ello tiene tanta relevancia la educación de la misma, porque está en juego no sólo el bienestar emocional del niño, sino su vida social y la calidad de los vínculos que va a establecer con los otros.

27. La educación de lo espiritual debería ser común y transversal a toda persona, independientemente del credo, religión o creencia de sus progenitores.

28. La educación religiosa es distinta de la espiritual, porque pone al ser humano en relación con aquella Realidad que lo trasciende y que, en la mayoría de las tradiciones, se denomina Dios.

29. La educación confesional -que puede o no reconocer a Dios- sitúa al niño en el marco de una comunidad religiosa, lo somete a un proceso de iniciación litúrgica y simbólica, con el fin de que acabe siendo miembro activo de ella.

30. La inteligencia espiritual faculta al niño para reflexionar críticamente sobre su propia espiritualidad, sobre el sistema de valores de su entorno y el suyo propio, sobre los estilos de vida que dictan los medios de comunicación y la publicidad a través de sus eslóganes. Da poder para tomar distancia de ellos y, si cabe, innovar y alterar los modos de vivir y expresarse. Es, pues, una fuente de libertad intelectual y de conciencia crítica.

31. Estar preocupado por el propio estómago es materialismo, mientras que estar preocupado por el estómago de los demás es espiritualidad.

32. La transmisión de valores sólo es realmente efectiva si se estimula la inteligencia espiritual del niño.

33. La historia es testigo de que la educación de lo espiritual, de lo que antaño se llamaba la formación del espíritu, se ha convertido, en michos episodios del pasado, en una burda transmisión de creencias, sin ejercicio de la crítica alguno. También ha servido para justificar ciertas prácticas de moralismo fundadas en el chantaje emocional y en el miedo al fuego eterno.

34. Un valor no es algo que se posea, es algo que se aspira a vivir.

35. La escucha de los valores sólo tiene lugar si uno es capaz de adentrarse en su ser.

36. Los valores son la fuerza motriz, pero también son lo que hace valioso el tiempo vivido.

37. El relativismo es una expresión de la atrofia de la inteligencia espiritual.

38. Lo que nos distingue a los seres humanos entre nosotros es el modo como creemos y lo que creemos, pero no el hecho de creer.

39. El mismo hecho de educar parte de una creencia fundamental: que el niño tiene posibilidades de aprender.

40. Si se reconoce la existencia de una espiritualidad latente en el niño que, debidamente estimulada, puede desarrollarse y adquirir una personalidad propia, ¿puede la institución educativa ser ajena a tal dimensión?

41. Los valores no se sostienen en el aire. Emanan del interior de la persona, de su espiritualidad.

42. Es legítimo educar desde una confesión, a partir de un carisma espiritual en concreto, pero siempre desde la propuesta y nunca de un modo impositivo o desde la coacción.

43. Cuando el laicismo es radical, incluye en esta crítica a todo lo espiritual y pone en el mismo barco lo religioso y lo espiritual. Este laicismo burdo, más presente en los países mediterráneos que en EEUU, Canadá o los países centroeuropeos, deslegitima cualquier práctica educativa que tenga como objetivo el desarrollo del potencial espiritual del ser humano.

44. Sólo si se supera el laicismo excluyente y el confesionalismo militante es posible articular una educación de la inteligencia espiritual.

45. Existe el peligro de confundir la iniciación religiosa y la educación de la inteligencia espiritual.

46. Una cosa es que el niño sepa identificar un libro de la Biblia, el nombre de un concilio ecuménico, un sutra de los Vedas o lo que fuer la Reforma, y otra muy distinta es que tenga habilidades para meditar, para contemplar, para degustar el silencio, para trascender, para practicar la consciencia plena u orar. Tener cultura religiosa no garantiza la iniciación religiosa, ni desarrolla el potencial espiritual del niño.

47. La escuela debe siempre plantearse como objetivo que el joven salga de ella con una personalidad armónica, y no como un especialista.

48. Nos han diseñado para consumir, para producir y consumir; pero el fin de la naturaleza humana no radica en esta finalidad, y cuando la persigue obstinadamente choca con el vacío existencial. La persecución de los bienes materiales como único objetivo existencial es un factor que inhibe la espiritualidad infantil.

49. Otro factor muy potente de inhibición de la espiritualidad infantil es la banalización. Todo es fácil, divertido, light.

50. Amar es desear que el otro sea lo que está llamado a ser, velar por su liberación total, potenciar su ser. sin embargo, muchos padres, por un exceso de celo, aprisionan simplemente a sus hijos en la necesidad que tienen de definirlos y les imponen por sugestión una imagen de ellos que han chapuceado con algunas impresiones, imagen que desean o temen secretamente que acepten.

51. Educar es dar a luz el propio ser, hacerlo aflorar para donarlo íntegramente al mundo.

52. Es dramático ver cómo muchos jóvenes, para contentar a sus padres, optan por un tipo de vía profesional que no sólo no les colma de sentido, sino que, además, está muy lejos de sus capacidades reales. El resultado es la frustración, la desgana y la crisis de autoestima.

53. La autoridad no la da la palabra, sino la coherencia entre la palabra y la acción.

54. El cuento y, particularmente, el mito conectan con la inteligencia esiritual incipientemente desarrollada del niño y estimulan la cuestión del sentido y apertura a lo que trasciende.

55. El niño es en este sentido un pequeño metafísico, un filósofo en ciernes, un ser espiritualmente activo que anhela conocer y abrirse a la totalidad de lo real.

56. No responder a la pregunta existencial del niño, por carecer de respuestas, no es la solución correcta y, menos aún, descartar tal pregunta por no tener respuestas definitivas. (…) Parece más sensato y honesto intelectualmente mostrarle que existen distintas respuestas a la pregunta final y, si es necesario, uno puede dar cuenta que cómo él ilustra tal pregunta, mostrar su propuesta de sebtido, sabiendo que no es la única legítima que puede darse.

57. Educar la inteligencia espiritual no consiste en resolver el enigma de la vida.

58. Aquel que considera su vida y la de sus semejantes carente de sentido, no sólo es desdichado sino que está poco hecho para la vida.

59. Los niños provocan a los adultos para que éstos vean el mundo desde otro ángulo.

60. Hallar las palabras adecuadas en lugar de usar fórmulas aprendidas es una tarea que requiere de un incesante trabajo de integración de las realidades de la vida que están en juego, en una perspectiva religiosa o filosófica.

61. Resulta esencial alcanzar la vía del medio, el camino equidistante entre una educación que sólo desarrolla el logos, la capacidad de pensar, y una educación que sólo estimula el pathos, la emoción, las pasiones.

62. Filosofar (con los niños) es un modo de cultivar la inteligencia espiritual o trascendente. No se trata de presentar didácticamente temas filosóficos para que los niños puedan entenderlos. El objetivo es distinto: se busca que ellos mismos filosofen, que liberen su pensamiento, que ordenen sus argumentos, que expresen correctamente lo que sienten, piensan e imaginan.

63. Si los niños experimentan que sus propias ideas se toman en serio, que pueden buscar junto con otros, incluso con un adulto (el maestro), respuestas a preguntas que realmente importan, el sentido de su valía personal crece. El niño adquiere confianza en sí mismo y se atreve a pensar por sí mismo y a salir de su aislamiento.

64. La cuestión de Dios no es ajena a la vida espiritual infantil. Olvidarse de esta cuestión, ocultarla, desterrarla de la vida del niño es una operación equivocada y, además, imposible, porque de un modo u otro el niño se enfrenta a tal cuestión. De un modo u otro, recibe algún discurso o relato sobre Dios, ya sea positivo o negativo.

65. Hacer teología con los niños consiste en ahondar en qué visión tienen de Dios para contrastar esa visión con la presentación que se hace de Dios en los textos sagrados de la humanidad.

66. Sin la cuestión de Dios resulta imposible comprender el arte, la historia, las vicisitudes humanas, el desarrollo del pensamiento filosófico, las grandes cuestiones arquitectónicas, literarias y pictóricas.

67. Dios siempre trasciende nuestros conceptos, ideas y categorías. Ningún discurso logra expresar lo que es en sí mismo.

68. El ser humano no entra terminado en la existencia. No nace acabado. Irrumpe en la existencia con un conjunto de posibilidades y necesidades. Es un proceso abierto, una entidad en desarrollo que se orienta a la plenitud de sus facultades.

69. El objetivo final de toda educación de la inteligencia espiritual es liberar al niño de la tendencia egocéntrica que rige su ser.

70. La pregunat por la muerte: Cuando la muerte irrumpe en el escenario de la vida y se lleva a un ser amado, se activa no sólo la pregunta por el sentido de la muerte, sino por el mismo sentido de la vida.

71. La enfermedad del niño es una oportunidad para desarrollar su inteligencia espiritual.

72. La meditación no pertenece, en exclusiva, a ninguna tradición espiritual o religiosa. Personas creyentes y no creyentes, occidentales y orientales, la practican asiduamente, porque experimentan grandes beneficios emocionales y mentales con ella.

73. La práctica de la atención o conciencia plena significa atender, con todo el ser, lo que me rodea o habita en mi interior. Estar atento no es, simplemente, estar. Es algo más que estar. Indica una disponibilidad anímica, una actitud de recepción, de permeabilidad a todo cuanto ocurre en la exterioridad (mundo) y acaece en la interioridad. La atención plena consiste en saber lo que hacemos mientras lo hacemos, es una actitud permanente de consciencia y calma que permite vivir plenamente en el momento presente.

74. La inteligencia espiritual, debidamente cultivada, nos faculta para degustar la belleza de toda la realidad, para asombrarnos con las manifestaciones de la naturaleza y del arte.

75. La gratitud por lo que a uno le ha sido dado generosamente, por lo que ha recibido de los demás sin merecimiento alguno a lo largo de su vida es una característica propia de las personas espiritualmente sensibles.

76. La spersonas espiritualmente sensibles comprenden el universo como un gran Todo configurado por entes interdependientes que, juntos, forman un organismo vivo en el que todo ser, desde el más elemental hasta el más complejo, tiene una misión y una función que desarrollar.

77. Cuando uno es sensible a la idea de misterio se percata de que la realidad es más de lo que él percibe, que la persona que trata es más que la imagen que se ha forjado de ella, que la scosas son más de lo que aparentan. Esta convicción despierta el anhelo de saber, la curiosidad por descubrir lo que está oculto.

78. La ciencia no es el único camino del conocimiento. La visión espiritual del mundo ofrece otro camino para encontrar la verdad.

79. La serenidad de espíritu exige la práctica del desapego y del desprendimiento.

80. No hay nada más penoso que un niño que haya perdido la capacidad de asombrarse frente a la realidad.

81. Se puede educar la compasión si se estimula la inteligencia espiritual, ya que ésta predispone al niño a captar lo que lo une a los otros seres más allá de las diferencias visibles.

82. La música posee una capacidad formativa extraordinaria cuando se ahonda en su sentido más genuino y se la practica de un modo creativo. Estimula, de un modo muy intenso, la capacidad creadora de quienes la cultivan, pero tiene que ser recreada, una y otra vez, para ser motivo de gozo. No sólo activa la denominada inteligencia musical, sino que la trasciende y estimula y desarrolla la inteligencia espiritual, la emocional y la social.

83. El silencio, tan ausente en la vida educativa, es la condición de posibilidad para degustar la música, para embelesarse con ella.

84. El silencio exterior es el primer requisito para el interior, pero también a la inversa.
85. Todos podemos ser mejores dejando fluir de nuestro interior la riqueza espiritual que se nos ha dado.

10/10/2015

Un ejemplo de cómo NO DEBE HACERSE el feedback en la empresa, si queremos crear un clima humanizado en ella.

06/10/2015

Solemos entrar en alguna práctica espiritual porque queremos ser más felices, sufrir menos, tener más poder o ser especiales. Pero la práctica en sí misma es inteligente y acaba mostrándote las verdaderas razones. Y te acaba transformando. A ti y al mundo en el que vives.

5 PASOS PARA SER UN LIDER EMPÁTICO:Según una encuesta realizada en Estados Unidos por LHH y llamada "Empathy Found Lacki...
06/10/2015

5 PASOS PARA SER UN LIDER EMPÁTICO:

Según una encuesta realizada en Estados Unidos por LHH y llamada "Empathy Found Lacking in Most Managers", el 58% de los empresarios fallan al mostrar empatía con sus empleados. La entrevista realizada a 600 trabajadores refleja un grave error del que pocos líderes son conscientes. Aquí os mostramos cinco maneras de convertiros en un líder que demuestre empatía.

1. Preocúpate por su trabajo del día a día

El resultado final no es lo único importante, también lo es el proceso y las personas que forman parte de él. A todos nos gusta que nos digan día a día lo que hacemos bien y, por qué no, en lo que fallamos. En definitiva, que se interesen por nosotros.

2. Escucha como un amigo

No te limites a oír, escucha. Si puedes ayudar a la persona que tienes delante hazlo, y si no al menos muéstrale tu apoyo, que sepa que estás ahí si necesita algo. Ponte en su lugar y haz lo mismo que te gustaría que hiciesen por ti.

3. Presta tu ayuda

Si después de escuchar a tu empleado, ves que tienes alguna forma de ayudarle, no dudes en hacerlo. Los dos saldréis ganando, y la empresa también.

4. Conoce a tus empleados

Es un paso fundamental. Interésate por la vida de la gente que trabaja contigo, pregúntales cómo les van las cosas, si se sienten a gusto en su puesto, si creen que hay cosas que mejorar. Además de mostrarte cercano y preocuparte por ellos, puedes aprender muchísimas cosas de todo lo que van a contarte.

5. Ten reuniones individuales

Intenta reunirte de vez en cuando con tus empleados de manera privada para el resto. Así será más fácil que tengáis un clima de conversación más cercano que si sois muchos en la sala.

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