23/12/2023
Todos hemos observado que los patitos siguen a sus madres en una fila muy organizada. Quizás para muchos sea algo sin importancia, pero hay mucha física detrás.
La madre al nadar rompe la tensión superficial del agua, y crea olas para sus hijos que nadan detrás de ella. Cuando un patito nada solo, debe esforzarse en empujar la superficie del agua.
Pero cuando un patito nada detrás de su madre, se produce un fenómeno de interferencia destructiva de las olas y empuja al patito hacia delante.
Este beneficio del arrastre por las olas puede ser mantenido por el resto de los patitos en una formación de una sola fila. Por lo tanto, facilita su proceso de natación y reduce el gasto de energía.
Creo que en los seres humanos pasa algo parecido, aunque de una forma menos visible. Cuando las madres o los padres afrontamos situaciones emocionales especialmente difíciles por nuestra historia, por la de nuestra familia, por la de "nuestro grupo" - el que para nosotros es significativo - algo se libera en nuestros hijos y, de repente, se puede apreciar un cambio en ellos. Sentimos que algo se ha aligerado en sus vidas. No es algo sutil, es algo objetivo, en ocasiones empiezan a estar más alegres, más cariñosos o algún "síntoma" desaparece. Lo he vivido como madre, lo vivo como terapeuta. Es algo que por más veces que vea siempre me resulta mágico. Pero creo que la base es parecida a la mecánica que subyace a los patitos. Lo sepamos o no todos nosotros nadamos detrás de nuestros padres. 🙏😊😘