17/04/2020
El otro día hablamos un poco de la importancia de la microbiota intestinal. Hoy vamos a ver como se puede modular dicha microbiota para que ejerza un papel protector para la salud mediante la alimentación. Para ello son clave los alimentos prebióticos y probioticos.
Un alimento probiotico serían aquellos que presentan constitutivamente los microorganismos, como son los alimentos fermentados (yogures, kéfir, queso, chucrut, tempeh, miso, kimchi…), mientras que los prebióticos son aquellos nutrientes que no podemos asimilar pero que sirven de alimento para la microbiota intestinal, como el almidón resistente (del cual hay varios tipos) y fibra soluble (inulina, fructooligosacáridos, pectina, betaglucanos…).
Por otro lado tenemos otros nutrientes que también juegan un papel relevante en la diversidad y calidad de la microbiota como son los polifenoles, los cuales son bien conocidos sus efectos antioxidantes pero también tienen la capacidad de modular la microbiota intestinal, a su vez esta microbiota aumenta su biodisponibilidad (catequinas, quercetina, kanferol, resveratrol, ligninas…). Y las grasas, las grasas de peor calidad disminuyen la población de Akkermansia (las cuales son importantes para la estimulación de producción de moco y tener una correcta microbiota muconutritiva), mientras que las grasas omega 3 favorecen su aumento.
Recordar la importancia de ese moco intestinal para que no se produzca un aumento de la permeabilidad intestinal ni inflamación. Un aumento de la permeabilidad debilita las uniones estrechas entre las células intestinales provocando un aumento en la entrada de sustancias toxicas al organismo, con las consecuencias que ello implica.
En futuras publicaciones, hablaré más concretamente que tipo de alimentos incluir en la alimentación para tener una correcta y balanceada microbiota y ayudar a preservar un buen entorno intestinal.
intestinal
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