11/12/2024
Somos seres relacionales, nuestra felicidad es proporcional a la calidad de nuestras relaciones. Y también la fuente de nuestro mayor sufrimiento.
Confundimos el AMOR que explota DENTRO de nosotros cuando nos relacionamos y pensamos que esa maravillosa sensación viene de la persona que la estimula. Y por ello nos apegamos, ensombrecemos el amor con dosis de control, de miedo, hasta de agresividad emocional y física.
La clave no es dejar de ser humanos en un desapego total, aunque eso nos convertiría en nuestra verdadera esencia de AMOR (igual podremos sentir eso en el momento de nuestro cambio a otro plano vibracional). En mi opinión la clave es, simplemente, que nuestro AMOR, así en mayúsculas, el amor que emana de nuestro corazón, que no juzga, que está en equilibrio y por tanto puede amarlo todo, sea más fuerte que nuestro apego, el amor en minúsculas que nos hace querer aquello externo que pensamos que nos hace bien.