17/02/2025
A los treinta y cinco años, Agatha Christie se vio sumida en un profundo dolor: la desgarradora pérdida de su madre y la partida de su marido Archie por otra mujer. Este doble golpe la sumió en una profunda depresión, sin rumbo y desilusionada. Su único consuelo en la oscuridad era el amor inquebrantable de su hija de siete años, Rosalind.
Nacida en 1890 en una familia adinerada, Agatha mostró un extraordinario talento para la escritura desde una edad temprana. En 1914, se casó con Archie Christie, un audaz piloto, y juntos soportaron las penurias de la Primera Guerra Mundial. Su hija nació en 1919, trayendo luz a su familia. Pero cuando su matrimonio comenzó a desmoronarse, Agatha ya era una escritora establecida, habiendo publicado cinco novelas policiales aclamadas por la crítica.
Poco a poco, fue saliendo de los escombros de su corazón roto y se dedicó a escribir, una vía de escape que se convirtió en su mayor salvación. Un viaje en el Orient Express le proporcionó un breve respiro, pero su vida llegó a un punto de inflexión en 1930, durante una expedición arqueológica en Irak. Allí conoció a un joven arqueólogo, Max Mallowan, y su amor floreció dulce e inevitablemente. Se casaron unos meses después y construyeron una vida llena de pasión, aventura y armonía intelectual.
El año 1926, aunque marcado por el duelo y la incertidumbre, resultó paradójicamente un punto de inflexión decisivo en su vida. En las décadas siguientes, Agatha Christie se convirtió en una de las escritoras más famosas de la historia. Escribió más de setenta novelas de éxito y escribió las obras de teatro más representadas del mundo. Su segundo matrimonio le trajo felicidad y reconocimiento: en 1968, Max fue nombrado caballero y en 1971, Agatha fue nombrada Dama de la Orden del Imperio Británico.
Agatha Christie, fallecida el 12 de enero de 1976 a los 85 años, dejó un legado literario extraordinario. Sus libros han vendido más de dos mil millones de ejemplares en todo el mundo, lo que la convierte en la autora más leída de todos los tiempos. Sus obras inmortales demuestran su resiliencia, su genio y su capacidad para convertir la adversidad en triunfo.