Cesárea con anestesia general
Os quiero compartir una sesión de una cicatriz de cesárea que hice hace un tiempo. Era un embarazo muy deseado después de años de búsqueda y al sexto mes se complicó con una preclampsia. El bebé nació justo a las 32 semanas de gestación con un peso de 1,300 kg. La epidural no hizo efecto y se decidió por una anestesia generalno había tiempo para nada más. La criatura se fue a la incubadora en neonatos y la madre tardó 24h en poder estar con su bebé.
"Como recuerdo de mi parto me quedó una cicatriz, la notaba sensible y entumecida de manera más notoria en sensación interna que externa. Al cabo de dos años seguía sintiendo que no había finalizado el proceso, que no había cerrado mi embarazo. Al no tener ninguna conciencia del parto me sentía perdida y con mucha tristeza en mi interior que no sabía cómo gestionar.
Entonces fue cuando acudí a Anna Roca para que me tratara la cicatriz.
Todo ocurrió en una sola sesión. Al principio fue deslizando sus rodillos por las zonas adyacentes para ir delimitando la cicatriz, se trata de un procedimiento algo mecánico, en el que no noté nada especial, solo una sensación agradable.
Fue en la segunda fase cuando empezaron a suceder “cosas”. De repente sentí la necesidad de revivir mi parto tal y como me hubiera gustado que se produciera. Estaba consciente durante la sesión de liberar cicatriz yo estaba en mi cesárea, reviviendo el momento en que mi doctora se llevaba a mi hija y le grité- ¡No, déjamela!- entonces sentí de una manera super real como me la ponía encima y la acariciaba, la besaba, la olía como un mamífero desesperado. La disfruté, la viví y la sentí, mientras las lágrimas caían sin freno por mis mejillas. Fue un lloro totalmente liberador. Me despedí de ella y se la llevaron a la incubadora. Sentí como me invadía una profunda sensación de paz.
Al terminar la sesión con Anna, mi cicatriz había mejorado, la sangre había vuelto a fluir por ella, estaba menos hinchada y visible, como si le hubieran pasado por encima una goma de borrar. Ya no sentía tanta sensibilidad al tocarla, ni aquella especie de impulsos eléctricos que había sentido durante dos años.
Pero el gran cambio fue a nivel emocional, por fin pude cerrar un capítulo de mi vida que me hubiera gustado que se produciera de otra manera y que me impedía avanzar.
Gracias Anna."