06/10/2019
NAPOLEÓN Y EL INVENTO DE LAS LATAS DE CONSERVAS
LAS LATAS DE CONSERVAS
Napoleón Bonaparte
Una enfermedad que atacaba a los marineros conocida como escorbuto, preocupaba a los médicos de la época de Napoleón, que intentaron encontrar una solución. Los marinos sólo se alimentaban de alimentos ahumados, salados y/o fermentados
A Napoleón Bonaparte se le atribuye la frase “ganarán los ejércitos mejor alimentados”. En 1795 el general francés Napoleón Bonaparte se dio cuenta de lo importante que era alimentar de forma apropiada a los hombres de su ejército.
Entonces, ofreció un premio de 12.000 francos que hoy serían unos 25.000 euros, para aquel que inventara alguna forma de mantener los alimentos frescos durante un tiempo prolongado.
En 1780, Nicolás Appert chef, pastelero y enólogo francés, abrió una tienda en la calle de Los Lombardos, en la capital de Francia, y allí tuvo la idea de que los alimentos podían conservarse intactos, sin perder sus cualidades nutritivas, cerrándolos herméticamente en recipientes de cristal.
Los cerraba con un tapón de corcho, los introducía dentro de otro recipiente con agua hirviendo a 100 °C. El tiempo dependía del alimento a conservar y se retiraba.
Su método de esterilización llamado proceso de appertización, aún lo siguen practicando los buenos hortelanos hoy en día.
En 1804 la Marina francesa comprueba que el método ideado por Nicolás Appert de conservación mediante el calor funciona. Es aprobado, y ese mismo año obtuvo un premio de 12.000 francos por su obra, titulada “El arte de conservar durante algunos años todas las sustancias vegetales y animales”. En él se detallaba el proceso de envasado de más de 50 alimentos
El premio lo recibió de manos del Conde Montelivert, ministro del gobierno napoleónico. Gracias a este invento, los marinos podían disfrutar de frutas, verduras y carnes en alta mar.Este dinero lo invirtió en construir una fábrica.
De los frascos a las latas de conservas
La fábrica fue incendiada en 1814 por los soldados aliados que invadieron Francia. Pese a todo su talento, la patente de su invento se la quedó un norteamericano llamado Peter Durand al haberse generalizado el uso de este método.
Durand recibió la patente para envasar en frascos cilíndricos de hierro forjado o acero bañado en estaño, sellados al vacío , haciéndolos más baratos, más fáciles y rápidos de fabricar, así como, mucho menos frágiles que los frascos de vidrio utilizados por Appert.
Nacía así la lata de conserva, similar a la que se conoce hoy en día. por lo que Nicolás Appert, arruinado y olvidado de todos, falleció en la miseria a la edad de 92 años, en Massy (Paris).
Allí hay una calle que lleva su nombre, como reconocimiento póstumo al gran servicio prestado al ramo de la alimentación.
Pero no sería Durand el que se llevaría la fama sino Bryan Donkin y John Hall, que le compraron la patente por 1000 libras y fundaron la empresa Donkin and Hall. El primer cliente de la nueva empresa fue la Royal Navy.
LAS CONSERVAS EN ESPAÑA
Las conservas llegaron a España en 1840 con el naufragio en Finisterre de un velero francés. En la costa de Galicia existía ya tradición de otros métodos de conservación como la salazón o el ahumado de las sardinas. Aún así, en menos de un año se creó la primera fábrica conservera de pescado.
Ocho años más tarde aparecerá en La Rioja la primera instalación de conservas vegetales. Hacia 1900 se sustituye en España la fritura de los alimentos en conserva por la cocción a v***r, lo que abarata sensiblemente el proceso, y se populariza en todo el mundo el nombre del “sistema de cocción español”.
España es actualmente uno de los primeros productores mundiales de conservas, y sus productos gozan de reconocimiento internacional.