
08/10/2025
*Cuando el tiempo se detiene*
Hay quienes se eternizan en el tiempo sin darse cuenta.
Repiten los mismos días, los mismos gestos, los mismos silencios, como si el movimiento fuera una amenaza y la quietud una forma de resguardo. Pero el tiempo no se detiene: avanza, incluso cuando uno se queda.
Desde el psicoanálisis podríamos decir que el sujeto se adormece en su propia trama, atrapado entre el deseo y el miedo a desear. Hasta que algo, a veces imperceptible, irrumpe. Puede ser una pérdida, una palabra, una mirada o simplemente un vacío que ya no se puede llenar con lo de siempre. Ese malestar que antes se silenciaba empieza a hablar, y es ahí donde se produce el despertar.
De pronto, el sujeto advierte que ya no está bien donde está, que el refugio se volvió jaula. Y entonces aparece el impulso de mover ficha, de reinventarse, de abrir los ojos a una realidad que ya estaba ahí, esperando ser mirada. Quizá el verdadero despertar no sea otro que ese: reconocer que el tiempo no espera… y que el deseo tampoco.
Maria Dolores Mora Ros
Psicóloga Sanitaria-Psicoanalista.