30/05/2024
Los Trastornos de Personalidad
Una persona es un ente dotado de “personalidad”, valga la redundancia, y los trastornos que podemos sufrir en el ámbito de la personalidad son en ocasiones muy graves y menos accesibles a la hora de realizar un diagnóstico de “cuñado” o de portal, que requieren normalmente la revisión por parte de un profesional de la salud mental.
Una persona con un trastorno de la personalidad en cualquiera de sus categorizaciones puede ser vista como alguien “raro” que “no está bien” o que no “sabemos porque actúa así”.
Todos conocemos a un tipo de persona que disfruta con el mal de los demás, puede ser un amigo, un vecino o un familiar pero que goza haciendo sentir mal a los que tienen cerca. Este mal puede ser de baja intensidad o de gran intensidad pero tienen en común que la persona “psicópata” sufre, tiene una serie de complejos de base en su personalidad y la forma de responder a su disgusto interior es hacer que los demás sufran al menos una parte de lo que estas personas sufren. Sólo así es entendible porque disfrutan del mal por el mal.
Es un ejemplo de este trastorno el típico vecino de plaza de garaje que disfruta poniéndonos cartelitos cuando nos pasamos 2 centímetros de la raya que divide el aparcamiento o la jefa de departamento que goza haciendo sentir mal a sus empleados en pequeñas dosis poniendo reuniones cerca de la hora de fin de turno.
El rey de los trastornos de personalidad ya muestra un nombre amenazante: “trastorno límite de la personalidad”, simplificándolo mucho se trata de una persona que tiene un fondo muy turbio, muy oscuro y que muestra aspereza y dificultad de trato, de carácter y que ante cualquier evento de la vida cotidiana en que tengas que tratar con él o con ella se te volverá en contra, se producirá en él o ella una reacción desmedida y saldrás dañado/a. Pero esta persona saldrá igualmente dañada o frustrada, pues tal es el nivel de turbiedad interior y sus complejos son de tan profundo calado que cualquier interacción será lesiva para ambas partes.
Pero en el ámbito de los trastornos de la personalidad existen otros problemas, no menores, pero que sí requieren una profundización: El más interesante para mi es el Narcisista. Como su nombre indica se trata de una persona con un serio problema de autoestima que, sin embargo, se ha generado un caparazón para que nadie pueda ver su oscuridad y que crece a costa de los demás, empequeñeciéndolos, para su propio boato. Dicho de otra manera: demasiado afán de superioridad, hiper-demandantes de atención y requieren constante admiración, cierta ceguera emocional propia y ajena, aunque tras esa coraza hay mucha reacitividad a las críticas e inseguridad. En el fondo estas personas son infelices y se decepcionan cuando no reciben el reconocimiento casi constante que suponen se les debe proveer.
Otros famosos trastornos de esté cajón desastre son: El trastorno de personalidad antisocial, más habitual de lo que podríamos pensar y emparentado con el trastorno por evitación, el trastorno de personalidad dependiente, el histriónico y uno que por si mismo casi requiere una categorización especial: El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo que se ha popularizado por sus siglas (TOC). Muy fácil de diagnosticar por cuñados y expertos de autoyuda de barrio, son aquellas personas que tienen que comprobar tres o cuatro veces si han cerrado la puerta, si han apagado la luz o cerrado el grifo, y pueden acabar generando tics o manierismos ad-hoc.
El TOC suele aparecer acompañado de otros trastornos pero puede ser tan desesperante para el paciente que puede acabar enmascarado bajo un alcoholismo u otra adicción. Puede incluso ocurrir que al conseguir que algún paciente deje su adicción, aparezca un rasgo obsesivo compulsivo dominante en su personalidad que le produce tanta infelicidad que nos permita inferir que se refugiaba en su adicción para no tener que sufrirla diariamente.
Hablo de Psicología así de este modo, de andar por casa y en zapatillas, porque considero que es un tema tan serio que acercarnos a él de forma desenfadada puede ser hasta instructivo. Espero que me perdonéis la licencia.