24/12/2023
Navidad. Época de reuniones, reencuentros y desencuentros. Besos, abrazos y también viejos conflictos. Recordemos que cada uno tiene una mente propia, con su propia subjetividad, con sus pensamientos, creencias y emociones. Las relaciones con los demás se mueven en ese mundo intersubjetivo y personalísimo. Por suerte o por desgracia, no hay objetividad posible, no existe una verdad universal, al menos no una alcanzable por nosotros. Por eso a veces es tan difícil relacionarse con los demás y, al mismo tiempo, tan maravilloso. Pero si aceptamos que cada uno tiene su propia mente individual, comprenderemos que lo que resuena en nuestra mente no tiene por qué coincidir con la música que hay dentro de las mentes de los demás. Entonces, tal vez dejemos de intentar convencer al de enfrente y podamos centrarnos más en conocerle, en escuchar su propia melodía. Este es mi consejo navideño: en lugar de enfadarnos o decepcionarlos por las mentes ajenas y sus conductas, permanezcamos atentos, abiertos y curiosos para tratar de escucharlas y comprenderlas. Feliz Navidad a todos.