04/01/2025
Querido Abuelo Lucio.
Hoy se cumple un año y medio desde que te marchaste, y aunque el tiempo ha pasado, no ha habido un solo día en que no te eche de menos. Tu ausencia sigue siendo un vacío que nada ni nadie puede llenar.
No fuiste solo mi abuelo; fuiste como un padre para mí. Siempre estuviste ahí, con tu voz llena de amor y tus palabras cargadas de sabiduría, guiándome y dándome fuerza en los momentos más difíciles. Me apoyaste cuando más lo necesitaba, y gracias a ti aprendí a superar los momentos oscuros de mi vida.
Pero no solo era tu voz lo que me llenaba de paz; eran también tus ojos. Esa mirada que iluminaba todo a tu alrededor, y que se encendía aún más cuando hablabas de mí. Nunca olvidaré cómo brillaban tus ojos al compartir tus historias, siempre con orgullo y amor. Saber que me veías con tanta admiración y cariño es uno de los recuerdos más hermosos que guardo de ti.
Hoy, aunque duele no tenerte aquí, quiero agradecerte por todo lo que fuiste y por todo lo que me diste. Por ser mi refugio, mi apoyo y mi guía. Por hacerme sentir amado(a) y valioso(a). Por enseñarme con tu ejemplo lo que significa el verdadero amor y la fortaleza.
Te extraño, abuelo, pero también celebro tu vida y el legado que dejaste en mí. Cada palabra, cada abrazo, cada mirada llena de amor sigue viva en mi corazón. Sé que desde donde estás, sigues cuidándome, con esos mismos ojos llenos de luz.
Gracias por ser mi abuelo, mi padre y mi mayor orgullo. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y te llevo conmigo siempre.
Con todo mi amor,
Nieto y hijo preferido
Ruben.
