08/05/2025
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La acupuntura es parte de la medicina tradicional China y de los países del Extremo Oriente, habiéndose extendido por un siglo a todo el mundo Occidental. El hombre primitivo, ante el dolor, llevó la mano instintivamente a la zona dolorida y trató de calmarlo sobando dicha parte, constituyendo así la primera maniobra de masaje y digitopresión (en algunos textos se emplean erróneamente los términos digitopuntura o acupresión, pues ni los dedos pueden atravesar la piel como las agujas, ni las agujas pueden actuar sobre la piel como los dedos). Durante la Edad de Piedra se usaron las piedras Bian, una especie de herramienta muy afilada, con la cual horadaban diferentes partes del cuerpo, siendo esta una maniobra demasiado cruenta. Después se utilizaron espinas de bambú o de pescado; con el descubrimiento de los metales, se emplearon agujas de bronce, oro y plata; se pensaba que las agujas de oro tonificaban la energía y de las de plata la sedaban, y las de bronce, provocaron un efecto simplemente moderador. En la actualidad se utilizan agujas de acero inoxidable de 0,2 milímetros de diámetro, lo que hace la técnica prácticamente indolora. La acupuntura nació y se desarrolló en China más de tres mil años antes de Cristo, en el Valle de Huang-Ho o Río Amarillo, que desde el Monte Kunlun desemboca en el Océano Pacífico recorriendo cinco mil kilómetros. El Emperador Hoang-Ti ordenaba en esos tiempos abandonar todos los tratamientos médicos de la época y reemplazarlos por las agujas de acupuntura a fin de equilibrar la sangre y la energía, para devolver la salud al enfermo.
Los métodos que habitualmente se emplean bajo el término “acupuntura” son múltiples y podemos encontrarlos descritos como: ‒ Acupuntura: empleo de agujas metálicas sobre puntos especiales de la piel. ‒ Electroacupuntura: aplicación de corrientes eléctricas especiales sobre agujas de acupuntura. ‒ Auriculoterapia: estimulación de puntos reflejo del pabellón auricular. ‒ Moxibustión: calentamiento de los puntos de acupuntura por medio de la hierba artemisa china. Se trata de un procedimiento de raíces milenarias, que deriva de la medicina tradicional china. Cronológicamente, la medicina tradicional china (MTC) sigue el discurrir de la evolución del ser humano. El carácter chino más antiguo para describir la técnica de la acupuntura es “bambú sobre afilado”, 竹子, lo cual indica que la técnica es anterior al desarrollo del Neolítico. Coincidiendo con la etapa de la piedra pulida, aparece el carácter “Pien Tchenn” o punzón de piedra, 者別針, precursor de las agujas de metal, y que fue empleado pasada la frontera del primer centenario tras el nacimiento de Cristo. Sus principios teóricos están expuestos en un texto clásico, el Neijing Suwen Lingshu (también conocido como Canon del Emperador Amarillo), de fecha anterior a nuestra era (muy probablemente del siglo IV al III a.C., y considerado el libro de medicina más antiguo de la humanidad. A partir del desarrollo de los metales aparecen las primeras agujas de metal, 針刺 (1). Por lo tanto, la acupuntura tradicional china recibe el nombre en chino de 针灸Zhēnjiǔ (que significa aguja de metal y fuego), y engloba no solo la técnica de inserción de agujas metálicas, sino que hace referencia a la llamada moxibustión, o calentamiento de los puntos acupunturales, la cual generalmente se lleva a efecto con la planta denominada Artemisia sinensis (una planta similar al ajenjo), que, tras ser desecada y triturada, se emplea a modo de ci****os, a los que se prende fuego. A Europa llegan los primeros conocimientos de la acupuntura a través de la Ruta de la Seda, y muchos de sus procedimientos impregnan a la medicina árabe y medieval. En el siglo XVII, los jesuitas franceses y suizos (el padre Hervieu, y Du Halde, entre otros) publican los primeros textos en lengua occidental referentes a la acupuntura. En el siglo XIX, cirujanos como Cloquet manejan agujas metálicas en la piel, aunque con escaso conocimiento, cayendo en desuso. La primera visita de Nixon a China incita a médicos occidentales a ir a ese país para conocer la aplicación de la técnica. Hoy en día la OMS promueve el desarrollo de la acupuntura, tanto a nivel práctico, como de investigación. Los fundamentos de la acupuntura tradicional están basados en una paleomedicina, que se ha mantenido a lo largo de siglos, por la constancia de sus efectos. Las teorías de la medicina china son anteriores a la existencia del método científico y, por lo tanto, sus métodos proceden de la observación y son empíricos. Según estas teorías, el elemento principal de nuestra actividad física es el llamado Qi (energía), un elemento no visible, próximo a nuestro sentido occidental e hipocrático de “fuerza vital”.
Agujas.
La acupuntura emplea agujas de acero, y a veces están bañadas en oro o plata, recubiertas de silicona para que se deslicen mejor en la piel y muy finas y pulidas, de diferentes longitudes y calibres dependiendo de la zona que haya que punturar. Son estériles y desechables. Las medidas varían desde 0,18mm hasta 0,30mm. Lo normal es manejar agujas de 0,20mm. En una sesión normal, se suelen emplear de 10 a 12 agujas. Tras la inserción, que es prácticamente indolora, se procede a la manipulación acupuntural, que básicamente son movimientos de vaivén y rotación, hasta que los tejidos impiden seguir rotando. Estos movimientos buscan provocar la llamada “sensación acupuntural”. Una sesión no supera por lo general los 40 minutos, y de promedio basta con media hora. Hoy sabemos que estimulaciones muy repetidas y mantenidas en el tiempo, de más de una hora, pueden desencadenar reacciones contrarias a las buscadas (hiperalgesia).