25/08/2021
Muchos corredores, futbolistas y ciclistas son conocedores de la pubalgia, sin embargo no es una patología exclusiva de los deportistas, ya que también puede afectar a personas no deportistas como las mujeres embarazadas.
¿Sabes qué es?
Se trata de un síndrome que reúne varias lesiones de origen musculoesquelético que afectan la zona pubiana e inguinal, manifestándose con dolor de p***s. Existe una amplia variedad de estructuras que convergen en la región pubiana, por lo que no es de extrañar que el dolor se irradie a zonas cercanas como el abdomen, los muslos y el suelo pélvico.
Esta patología es generada por fuertes movimientos reiterados que producen una sobre carga osteoarticular y tendinosa de la sínfisis púbica.
Existe una variedad de causas que generan esta patología:
- Desequilibrios mecánicos o musculares
- Alteraciones vertebrales
- Factores posturales (Hiperlordosis lumbar, promovida por embarazo, sobrepeso), anteversión de la pelvis, displasia de la cadera, acortamiento de los miembros inferiores...)
- Traumatismos
¿Y cuál es el tratamiento?
La es considerada una parte importante del tratamiento de esta afección, ya que constituye el mayor porcentaje del tratamiento conservador. La intervención fisioterapéutica está enfocada en las causas, por lo cual se lleva a cabo una previa valoración exhaustiva del paciente para detectarla.
Una vez detectado el factor causal, el objetivo de la fisioterapia es corregir el origen del desequilibrio de los estabilizadores de la cadera y la pelvis. Para ello el abordaje fisioterapéutico se enfoca en la estabilización postural y en la normalización de la relación dinámica de los músculos y articulaciones de la cadera y la pelvis.
¿Y cómo conseguimos esto?
Con relajación miofascial, manipulaciones y movilizaciones articulares, masoterapia, termoterapia, crioterapia, electroterapia (microonda, onda corta, ultrasonido, magnetoterapia), ejercicios isométricos, estiramientos, etc.
Además, puedes complementar tu proceso de rehabilitación con los ejercicios, automasajes y estiramientos terapéuticos que te enseñará tu fisioterapeuta.
Y por último, ¿cómo podemos prevenirla?
- Acondiciona tu cuerpo lo suficiente antes del entrenamiento, por ejemplo, corriendo y estirando los músculos de manera dinámica.
- Busque un especialista en entrenamiento o un fisioterapeuta deportivo que le muestren ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para los músculos abdominales y aductores.
- Use calzado adecuado para su tipo de pisada (pronadora, supinadora, neutra) para reducir el estrés en los huesos y las articulaciones de la pelvis durante el entrenamiento.
- No te excedas en el entrenamiento y dale a tu cuerpo el descanso adecuado.
Si tienes más dudas sobre esta o cualquier otra patología, no dudes en consultarnos. .