
29/03/2024
Existe la idea de la pequeña felicidad, aquella no permanente, que solemos experimentar cuando nuestros deseos se cumplen y nuestros temores se alejan. Es alegre, entusiasta, pero dura poco. Existe otra felicidad, la grande, la sin motivo, la porque sí, más estable y no dependiente del vaivén de la vida. Es la que experimentamos cuando permanecemos en sintonía amorosa con la realidad tal como es, cuando logramos aceptarla y tomar lo que nos trae, sea lo que sea, en provecho y beneficio de la vida y de nuestra vida. Por supuesto, esto no siempre es fácil, y suele requerir de un proceso jalonado de intensos retos y tránsitos emocionales, con avances y retrocesos en el camino, sobre todo cuando se producen contrariedades, duelos y pérdidas.
Joan Garriga
Del libro Vivir en el alma
Amar lo que es, amar lo que somos y amar a los que son.