23/02/2025
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El aroma de los recuerdos
Abrí esta vieja caja de linimento Sloan y de golpe, volví más de 40 años atrás. Su aroma inolvidable y peculiar me llevó a esas mañanas de domingo, cuando mi padre, hermanos y mi tio Vicent junto a unos amigos ciclistas nos reuníamos para salir a la carretera. Yo, apenas un adolescente, intentando seguirles el ritmo en mis primeros kilómetros.
El ciclismo de entonces era otro, bicicletas más pesadas, rutas sin GPS, sin medidores de potencia, sin redes sociales para compartir cada pedaleo. Solo carretera, esfuerzo y camaradería. Era un ciclismo romántico y a veces épico.
Terminaba aquellas jornadas con las piernas ardiendo, exhausto pero feliz. Y entonces, con la paciencia de quien entiende el dolor del esfuerzo, mi padre me aplicaba este mismo linimento mientras me daba un masaje. En esos momentos, nunca imaginé que con los años sería yo quien aliviaría el dolor en las piernas de otros, que mis manos recorrerían caminos de tensión y fatiga en cuerpos ajenos, como él hacía conmigo.
Hoy como masajista profesional también veo el ciclismo con otros ojos, pero ese aroma sigue siendo el mismo. Y con él, los recuerdos de un adolescente que solo quería rodar un poco más al lado de su padre y amigos, soñaba con realizar gestas históricas sobre la bici, que con el tiempo también conseguí.
La vida es pura magia, y si además la aderezas con amor por lo que haces y sientes, creas recuerdos inolvidables.