15/04/2025
Vivimos en una época donde la gente quiere resultados sin proceso.
Éxito sin esfuerzo.
Recompensas sin sacrificio.
Quieren el cuerpo sin el entrenamiento.
El negocio sin el riesgo.
La relación perfecta… sin compromiso.
Y cuando no lo consiguen rápido, lo abandonan.
“Esto no era para mí.”
“Me cansé.”
“Dios no quiso.”
No. Lo que pasa es que nos hemos vuelto alérgicos al esfuerzo.
Te voy a contar la historia del roble y la flor:
Había una flor hermosa que creció en pocos días.
Sus pétalos eran brillantes, su aroma llenaba el aire…
Pero cuando llegaron las primeras lluvias, se dobló y se marchitó.
En cambio, el roble tardó años en crecer.
Raíz tras raíz, aguantando viento, calor, frío…
y parecía que nunca iba a brotar.
Pero un día, se alzó.
Y aunque la tormenta más fuerte lo sacudiera,
el roble no caía.
Porque no fue hecho para durar poco,
fue hecho para resistirlo todo.
Tú decides qué quieres ser:
¿Una flor bonita pero frágil…
o un roble firme, que crece lento, pero nunca se quiebra?
Lo fácil te entretiene.
Lo difícil… te transforma.
No le huyas al esfuerzo.
No tengas miedo al proceso.
No todo será rápido. No todo será cómodo.
Pero todo valdrá la pena.
Y si algún día te cansas,
no significa que debas rendirte…
Solo que estás creciendo.
-Susana Rangel ☕️✍️💬