
14/04/2025
✳️1. Escucha antes que corregir
👉🏼 En vez de preguntar “¿Ganaste?”, prueba con “¿Cómo te sentiste?” o “¿Qué te gustó del entrenamiento?”
👉🏼Eso cambia el foco del resultado a la experiencia.
✳️2. Refuerza el esfuerzo, no el resultado
👉🏼Elogia su constancia, actitud, y cómo gestionó los retos.
👉🏼Frases como: “Me encantó cómo lo diste todo” o “Qué bien te organizaste para llegar con ganas”.
✳️3. Evita proyectar tus miedos o deseos
👉🏼A veces sin darnos cuenta trasladamos nuestras expectativas (“ojalá llegue lejos”) y eso genera presión aunque no lo digamos directamente.
👉🏼En su lugar: “Estoy contigo, elijas lo que elijas”.
✳️4. Ayuda a separar identidad y rendimiento
👉🏼Que no sienta que vale más si gana o menos si pierde.
👉🏼Recuérdale que “eres valioso por quién eres, no por cómo compites”.
✳️5. Crea un ambiente seguro para hablar de frustraciones
👉🏼Validar lo que siente: “Es normal que estés triste, fue una derrota dura” en vez de “No pasa nada”.
✳️6. Confía en sus procesos
👉🏼No intentes resolverle todo. A veces apoyar es simplemente decir:
👉🏼“Confío en ti para encontrar cómo seguir”, “Estoy aquí si quieres hablar”.
➕🧠 Idea extra para familias:
Crear juntos una “bitácora emocional” del deporte, donde pueda anotar lo que aprende, lo que siente, lo que disfruta. Es una herramienta preciosa para fomentar autorreflexión sin presión.