25/11/2025
Si te obliga, no es amor.
Si te controla, no es amor.
Si te hace sentir miedo, culpa o vergüenza por ser quien eres, no es amor.
La violencia de género no siempre llega con gritos o golpes. A veces llega disfrazada de preocupación, de celos “bonitos”, de límites “por tu bien”. Empieza en silencio, casi sin que te des cuenta.
Señales que pueden pasar desapercibidas
1. Control disfrazado de interés
Empieza preguntándote con quién hablas, luego quiere leer tus mensajes “para confiar”,
más tarde decide quién te conviene y quién no.
Te pide que bloquees a una amiga “porque te mete ideas raras”.
Y cuando te das cuenta, ya no decides por ti misma.
2. Aislamiento lento y constante
Te dice que tu familia no te entiende, que tus amistades te tienen envidia.
Te convence de que solo él te cuida de verdad.
Y cuando empiezas a sentirte sola, él es la única persona que queda cerca.
3. Celos presentados como amor
Se enoja si te arreglas “demasiado”, si sonríes “más de lo normal”,
si tardas en responder.
Te revisa la ropa y te critica: “Con eso llamas la atención”.
No son celos: es control.
4. Culpa manipulada
Si él grita, dice que fue porque lo provocaste.
Si te insulta, asegura que “no es para tanto”, que exageras.
Te convence de que la responsable de su violencia eres tú.
Pero nunca lo eres.
5. “Perdones” que se repiten
Promete cambiar, llora, te compra flores.
Y durante unos días parece otra persona.
Pero después vuelve el silencio tenso, la crítica, la amenaza escondida.
El ciclo nunca se detiene solo.
Lo que sí es amor
El amor te deja respirar.
Te permite ser tú sin miedo.
No te obliga a elegir entre tu pareja y tu vida.
No te hace dudar de tu valor.
El amor es:
Respeto.
Libertad.
Paz.
Seguridad.
Escucha.
Ternura.
Una vida sin miedo.
Y si estás pasando por algo así.
No estás sola!!!