15/09/2025
🤔 ¿Por qué el hambre boicotea tu pérdida de peso?
¿Sabías que la leptina, una hormona anorexígena, regula gran parte de tu hambre y saciedad?
La leptina se produce en el tejido adiposo (grasa corporal) y actúa como señal de energía. Esta viaja al hipotálamo y le avisa:
🗣️ “¡Tenemos reservas, frena el hambre!”.
Cuando todo funciona bien, esa señal genera saciedad y reduces la ingesta.
🚨 Problema: si el porcentaje de grasa se dispara, aparece resistencia a la leptina → el cerebro deja de escuchar esa señal y el apetito sube.
Además, el sistema de recompensa se altera y pide estímulos más fuertes, empujándote a ultraprocesados hiperpalatables:
🍩 Bollería
🍪 Galletas
🍟 Patatas fritas
⚖️ Al perder grasa mejoras la sensibilidad a la leptina (¡buena noticia!) pero también descienden sus niveles:
⬇️ Menos grasa → menos leptina.
Una bajada del 10% de grasa puede reducir la leptina hasta un 50 %.
👉 Resultado: el “freno” del hambre se afloja justo cuando más lo necesitas.
🤔 ¿Entonces... jamás podré controlar mi saciedad?
Aquí entra en juego el entrenamiento de fuerza:
1️⃣ Mantener la masa muscular preserva tu gasto energético en reposo y evita que el hambre se dispare cuando baja la leptina. La pérdida de masa muscular tras una pérdida de peso se asocia a mayor apetito y riesgo de efecto rebote.
2️⃣ Las contracciones musculares liberan miocinas (IL-6, irisin) que modulan otras hormonas del apetito y mejoran la sensibilidad a la leptina.
💪 Por esto, entrenar fuerza no es negociable en un proceso de pérdida de peso.
📡 La leptina es la mensajera que avisa al cerebro de cuánta energía tienes; el músculo es la cobertura Wi-Fi que asegura que el mensaje llegue claro.