
03/04/2025
La candidiasis es una infección que afecta al intestino delgado causada por diversas variedades de cándida, parásitos de ‘hongos’, especialmente Cándida albicans, aunque existen unas 150 especies de cándidas distintas. La Cándida albicans es una levadura que reside en nuestro tracto intestinal y si todo va bien vive en armonía dentro de nosotros y cumple sus funciones de mantener el equilibrio intestinal, eliminar restos de carbohidratos mal absorbidos, absorber cierta cantidad de metales pesados para evitar que entren en nuestra sangre, y mantener el pH de nuestra sangre en equilibrio.
La candidiasis surge cuando por varios factores se deprime el sistema inmune y se desequilibra la flora intestinal, causando el crecimiento excesivo de esta levadura.
Cándida Albicans
Factores desencadenantes de la candidiasis:
Exceso de azúcar, bebidas alcohólicas, levaduras, trigo y carbohidratos simples y refinados. Este tipo de alimentos, a parte de alimentar la cándida directamente hacen aumentar los niveles de glucosa en la sangre, que también hará que se alimenten.
Consumo de peces de piscifactoría, porque están intoxicados con mercurio y alimentados con soja transgénica, trigo y restos de animales mu***os.
Exceso de carne no ecológica, debido a las hormonas y medicamentos con los que son alimentados los animales de granja convencionales.
Consumo de embutidos, porque están repletos de azúcar, lactosa, conservantes, colorantes y otras sustancias tóxicas.
Uso de antibióticos, porque destruyen la flora intestinal bacteriana pero no la candidiasis; otros medicamentos como la cortisona, que deprimen el sistema inmune; o los anticonceptivos, que destruyen nutrientes como la vitamina B6, que es indispensable para un sistema inmune saludable.
Falta de nutrientes. Es más común la candidiasis en personas que no siguen unos buenos hábitos de alimentación, ya que sufren malas digestiones, fermentaciones, carencia en la absorción de los nutrientes, o subidas y bajadas de azúcar en sangre, de modo que al final terminan con un sistema inmune totalmente debilitado.
Carencia de enzimas digestivas y ácido clorhídrico. Cuando segregamos pocas enzimas tenemos malas digestiones, se fermentan los alimentos en nuestro interior y sufrimos putrefacción intestinal. Entonces irritamos la mucosa intestinal y desequilibramos la flora, dando pie al sobre crecimiento de levaduras como la cándida.
Uso y consumo de agua del grifo, ya que tiene cloro que destruye la flora intestinal, y flúor que deprime el sistema inmune.
Estrés prolongado en el tiempo. Cuando nos estresamos el cortisol y los niveles de glucosa en sangre aumentan, y por otro lado se deprime el sistema inmune y se destruye la flora bacteriana intestinal.
Embarazo o niveles elevados de progesterona. Durante el embarazo los niveles de progesterona aumentan, induciendo a las glándulas endometriales a producir glucógeno, lo cual favorece el crecimiento de las cándidas va**nales. Por otro lado, unos niveles altos de progesterona pueden provocar resistencia a la insulina, causando un exceso de glucosa en la sangre y favoreciendo el crecimiento de las cándidas.
Diabetes y obesidad.
Síntomas de sufrir candidiasis
El hongo cándida suelta toxinas en el torrente sanguíneo y tiene un efecto devastador en el sistema nervioso y el sistema inmune; afecta al bienestar físico, mental y emocional. Cuando la cándida se apodera de nuestro cuerpo, nos pide de manera ansiosa hidratos de carbono y dulces, lo que aún la alimenta más y consigue proliferar de tal manera que agota el sistema inmunológico.
La candidiasis se origina en primer lugar en los intestinos, y luego puede ir a cualquier otro órgano y parte de nuestro cuerpo.
Algunos de los síntomas que podemos tener si sufrimos de candidiasis son: depresión; ansiedad; baja autoestima; cansancio incluso a pesar de haber dormido 8 horas; dificultad para tomar decisiones; confusión mental�; ansiedad por dulces y carbohidratos; dolor de cabeza; malestar general�; lengua blanca�; exceso de histamina; permeabilidad intestinal; gases y flatulencias�; fatiga injustificada�; manos y/o pies fríos; diarreas y/o estreñimiento; distensión abdominal; ardor estomacal; reflujos ácidos; sensación de embotamiento; formación de gases después de las comidas; sensación de hinchazón al comer o poco después; mareos; �retención de líquidos.
Se pueden diferenciar dos tipos de personas con candidiasis:
Personas con evidencias claras de candidiasis en la va**na o la boca, con enfermedades del sistema inmune, embarazadas, diabéticos o pacientes con cáncer que están en tratamiento de quimioterapia.
Personas que sufren candidiasis crónica con una sintomatología menos “clara” pero que tienen algunos de los síntomas que describo a continuación: Insomnio, infecciones crónicas, alergias, picores va**nales y/o anales, afonía, congestión nasal, falta de equilibrio, vértigo, síndrome premenstrual, desequilibrio hormonal, erupciones frecuentes, aftas bucales, acné, uñas quebradizas, hongos en las uñas de las manos o de los pies, lengua blanca y seca y/o pastosa, anemia, debilidad al saltarse una comida, sueño después de comer, sudor nocturno, infecciones frecuentes �de los senos nasales o los oídos, conjuntivitis�, infecciones del tracto urinario (cistitis), problemas renales�, dolores articulares y musculares.
Cómo diagnosticarla
Las personas que sufren candidiasis en silencio, sin saberlo, a menudo se sienten débiles, son tachados de hipocondríacos que se quejan sin motivo, y sienten que algo no va bien pero no saben qué les pasa porque notan que no tienen la energía de antes, que les cuesta hacer cosas que antes disfrutaban, que pierden la memoria o cualquiera de los síntomas descritos anteriormente. Buscando la solución y respuestas a diferentes sintomatologías y desajustes van de médico en médico: acuden a psicólogos por los estados depresivos, a neurólogos por la migraña o la falta de memoria, son medicadas por la ansiedad, tratadas por la fibromialgia o la histamina, acuden al endocrino y son diagnosticadas con colon irritable, etcétera. Y en realidad lo que pasa es que el sistema inmune está débil y hay candidiasis.
Hay varias maneras de diagnosticar la candidiasis:
Por análisis de sangre. Si los niveles de eosinófilos tienden a estar en el extremo máximo y a la vez los niveles de basófilos bajos es una señal de que hay alguna alteración bacteriana y sobre crecimiento de levaduras.
Test de la arabinosa en o***a. Es un tipo de azúcar que en presencia de candidiasis no se metaboliza adecuadamente por la o***a y da resultados de test elevados.
Cultivos microbiológicos -para analizar la presencia de levaduras-, ya sean va**nales, de la mucosa bucal, oftalmológico, nasal o de heces.
Por aparatos de Biorresonancia.
Pruebas de resistencias a los distintos anti-fúngicos.
Por kinesiología. Con esta técnica, además, se puede precisar con mucho detalle qué alimentos excluir de la dieta.
Por sintomatología. Si al leer la sintomatología se padecen varios síntomas.
Test del vaso y la saliva, según Andreas Moritz en su libro “Los Secretos Eternos de la Salud”. Al levantarse por la mañana, hay que enjuagarse la boca y luego llenar un vaso de agua fresca. Se junta un poco de saliva y se escupe en el vaso. Hay que observar qué sucede con la saliva durante los siguientes 30 ó 40 minutos, en especial durante los primeros minutos. Si se tiene una infección por cándida aparecerá al menos uno de estos indicios:
Hebras que se forman a partir de la saliva y descienden hacia el fondo del vaso.
Presencia de saliva de aspecto extraño en el fondo del vaso.
Pequeñas motas turbias suspendidas en el agua.
Cuanto más rápido se formen las hebras y las pequeñas motas turbias, más extendida estará la infección. Si los indicios señalados suceden de inmediato, significa que las bacterias se han extendido a otras partes del cuerpo. Por otro lado, si la saliva queda flotando en la superficie y el agua se mantiene perfectamente clara, lo más probable es que no se tenga ninguna infección. Cuando existe un desarrollo excesivo de bacterias, la prueba mostrará los resultados a cualquier hora del día.
Pilares básicos para ayudar a eliminar la candidiasis con la alimentación
La alimentación es muy importante para acompañar el tratamiento médico pautado por un profesional con el fin de erradicar el sobre crecimiento de la cándida y para prevenir que reaparezca, porque su eliminación vendrá desde dentro hacia fuera. Mi consejo es que tengas una actitud activa y proactiva durante todo el tratamiento, que seas un guerrero de tu salud, porque necesitas estar seguro y convencido de que vas a poner todo de tu parte para combatir la candidiasis, que es una tarea que requiere implicación, motivación, compromiso y paciencia. Combatir la candidiasis no es cosa de sólo un mes, requiere unos cuantos meses, pero debes entender que de la misma manera que no has enfermado de un día para otro, la salud tampoco aparecerá de la noche a la mañana.
El tratamiento es complejo y debe ajustártelo un profesional médico naturista capacitado en este tipo de terapias, porque cada persona necesita unas pautas específicas, aunque por lo general deber abarcar todo esto para que haga su efecto:
Alimentación específica
Antifúngicos en forma de medicamentos naturales y alimentos, como ajo, extracto de semillas de pomelo, jengibre, tomillo, clavo, orégano, cebolla, canela, menta o cilantro.
Restablecer la flora intestinal (usar probióticos cuando el profesional médico naturista lo indique)
Aumentar y reforzar el sistema inmune y las gándulas adrenales (descansar, reducir el estrés, alimentación adecuada, ejercicio físico)
batido-verde-sen
Batido verde con manzana, buen desayuno para combatir la candidiasis
Durante el tratamiento es recomendable seguir las siguientes pautas dietéticas:
No debes comer
Azúcar refinado, edulcorantes artificiales (aspartamo, sacarina y demás) y endulzantes naturales que suban el índice glucémico (dátiles, azúcar de coco, azúcar integral de caña, etcétera). Mira las etiquetas porque hay azúcar en casi todos los alimentos envasados (ketchup, salsas, caldos preparados, etcétera). El mejor endulzante que nunca va a ser perjudicial para ti es la estevia ecológica.
Levadura, panes, pizzas, dulces, galletas, bollería, levadura de cerveza
Alcohol
�Setas
Queso y lácteos�
Vinagre (excepto el de manzana o de umeboshi)
Encurtidos� (algunos expertos en nutrición sí aconsejan el chucrut ecológico, por ejemplo)
Embutidos�
Café, te, refrescos, bebidas energéticas
Debes comer
Ensaladas frescas�
Verduras cocidas saludablemente
�Cereales sin gluten: arroz integral, mijo, quinoa, trigo sarraceno, amaranto
�Sopas, purés y caldos de verduras�
Purés de cereales� integrales
Germinados�
Verdura de hoja verde, y sobretodo amargas
Algas
Zumos y batidos verdes (sin azúcar y según cada caso, con o sin fruta o más o menos dulces)
Semillas
Frutos secos (a veces no son recomendables los pistachos y los cacahuetes)
Importante
Hacer combinaciones de alimentos correctas para tener buenas digestiones, evitar la fermentación y más gases, flatulencias y mala absorción de nutrientes:
No mezclar en un mismo plato legumbres con carne ni con pescado.
No mezclar diferentes tipos de legumbres en una misma comida.
No mezclar carne con pescado.
Evitar comer legumbres junto con verduras flatulentas como las alcachofas, el brécol o la col.
No comer fruta de postre.
No mezclar frutas dulces (plátanos, uvas, higos, papayas, caquis, chirimoyas, dátiles, fruta seca) con ácidas (manzana, pera, frutos silvestres, cerezas, mango, uva). Ah, y los melones y las sandías deben comerse solos, porque necesitan más tiempo para digerir que las otras frutas.
No mezclar limón con pescado.
Si quieres que tu digestión sea aún más ligera puedes hacer una combinación de plato donde haya verdura de hoja verde junto con un sólo alimento concentrado, a escoger entre legumbres, carne, pescado, huevos, frutos secos, semillas y cereales sin gluten
Un plato con exceso de grasas (aceites vegetales, aceites de semillas o frutos secos, aguacate, coco, aceitunas) puede resultar difícil de digerir.
El agua y en general cualquier líquido se debe tomar fuera de las comidas, porque si bebemos mientras comemos (y más aún si la bebida es fría) diluimos los jugos gástricos y las enzimas necesarias para hacer el proceso de la digestión.
La ingesta de líquido tendría que estar espaciada por delante de la comida en mínimo 30 minutos y por detrás un mínimo de 2 horas.
Excluir los alimentos que provocan la proliferación de la cándida y centrarte en los alimentos más favorables para tu salud en este momento (Ver tabla). Hacer mucho hincapié en no tomar levaduras (pan y alcohol), lácteos, azúcares y harinas refinadas. La cándida se alimenta de azúcar, hidratos de carbono simples y refinados que se convierten en azúcar, levaduras, hongos, alcohol, lácteos, vinagre y embutidos.
Consumir sólo alimentos “limpios”, alcalinos y desintoxicantes. Nada de procesados, refinados, con edulcorantes, conservantes, pesticidas, fungicidas, hormonas (como la píldora anticonceptiva o en alimento de animales) o antibióticos.
Alcalinizar la sangre es importante porque mantiene las malas bacterias, levaduras y hongos bajo control, y ayuda también a mantener la ansiedad a raya.
Comer muchas verduras de hoja verde crudas y germinados.
Tomar muchos alimentos ricos en nutrientes (antioxidantes, vitaminas y minerales).
Comer menos producto animal para evitar toxinas y depurar más rápidamente.
quinoa-brocoli
Quinoa con crucíferas en tajine
Recetas veganas y sin gluten favorables en una alimentación para candidiasis
Desayunos:
Batido verde con manzana
Bocadillos para el alma
Pudín de chía y manzana con semillas
Quinoa con pipas de calabaza y girasol
Trigo sarraceno con mijo y perejil
Platos principales:
Ensalada fresca de alubias y hojas verdes
Lentejas con tomate y aguacate
Alubias bancas con calabacín y espárragos verdes
Pimientos rojos rellenos de garbanzos
Pastel de quinoa y coliflor gratinado y ensalada de kale con aguacate
Ensalada simple de quinoa y kale
Ensalada de lentejas con salsa de tahini y umeboshi
Arroz salvaje con alcachofas
Garbanzos con espinacas y piñones
Lasaña crudivegana
Quinoa con brocoli
Espaguetis con salsa mutabal
Espaguetis de calabacín con pimiento rojo asado y aguacate
Gazpacho deconstruido con hummus alcalino
Tartar vegetariano de lentejas y aguacate
Ensalada de kale con aguacate y alcachofas al horno