09/06/2024
¿Qué es el varicocele testicular? – Causas, síntomas y tratamientos
El varicocele testicular es una dilatación de las venas del cordón espermático que drenan los testículos. Lo más común es que sea unilateral, es decir, en un solo testículo. Sin embargo, también hay casos de varicocele bilateral en los que están afectados tanto el testículo izquierdo como el derecho.
Generalmente, el varicocele no provoca síntomas graves, aunque puede causar dolor o ser motivo de infertilidad masculina. Por esta razón, cuando un paciente con varicocele desea tener hijos, se debe aplicar el tratamiento adecuado.
En los casos más graves, puede ser necesario realizar una cirugía para curar el varicocele y reducir sus consecuencias sobre la fertilidad masculina.
¿Cuáles son las causas del varicocele?
El varicocele se presenta en el 15% de los varones sin problemas reproductivos, en el 35% de los hombres que presentan infertilidad primaria y en el 81% de los que padecen infertilidad secundaria.
En la mayor parte de los casos (aproximadamente el 87%), afecta al testículo izquierdo, en un 7% de los casos es bilateral y únicamente un 3% de los casos se produce únicamente en el lado derecho.
La causa principal por la que ocurre la dilatación de las venas es la alteración de la circulación sanguínea de las venas testiculares. La acumulación de sangre en estas venas debido al reflujo de la sangre desde la vena renal al testículo ocasiona el hinchazón de las mismas, lo cual afecta, a su vez, a la función testicular.
Síntomas del varicocele en el hombre
Como hemos comentado, el único síntoma notable que se deriva del varicocele es el dolor y no ocurre en todos los casos. Hay muchos pacientes con varicocele que son asintomáticos.
Otras posibles manifestaciones clínicas del varicocele en el hombre son las siguientes:
Agrandamiento de las venas del escroto.
Diferencias en el tamaño testicular puesto que el testículo afectado por el varicocele sería más pequeño.
Aparición de un tumor en el escroto sin dolor .
Además, los hombres con varicocele pueden tener problemas para tener un bebé y su recuento espermático puede estar disminuido.
Diagnóstico: exploración física y ecografía
El primer paso para diagnosticar un varicocele es realiar una minuciosa exploración física del contenido escrotal e inguinal, preferiblemente estando el paciente tumbado. Tras eso, se indica al paciente que se ponga de pie y aumente su presión abdominal. Así, el urólogo estudia cómo fluye la sangre desde arriba y rellena el cordón inguinal y el plexo venoso testicular.
En función de la facilidad de diagnóstico, podemos hablar de tres grados principales de varicocele:
Varicocele grado 1: el diagnóstico es complicado. Se necesita hacer presión sobre el abdomen. Lo habitual es que el especialista indique al paciente toser o soplar con fuerza.
Varicocele grado 2: con la palpación del testículo se puede comprobar que las venas presentan un mayor volumen del habitual.
Varicocele grado 3: a simple vista se puede apreciar la dilatación venosa, sin necesidad de que el especialista palpe el testículo.
Cuando no es posible diagnosticar el varicocele mediante la exploración física, puede ser útil realizar una ecografía o ultrasonido para detectar si existe dilatación de los vasos. Para evaluar la velocidad a la que fluye la sangre, se utilizará la ecografía Doppler.
Consecuencias: ¿puede causar infertilidad?
Los vasos sanguíneos que nutren al testículo se originan en el abdomen y, al descender, forman parte del cordón espermático. El flujo de los vasos venosos está controlado por una serie de válvulas que impiden el reflujo sanguíneo. La alteración de éstas es la base fisiopatológica del varicocele.
En caso de varicocele, el reflujo eleva la temperatura intratesticular produciendo un efecto perjudicial en la espermatogénesis, que es el proceso de formación y maduración de los espermatozoides. Ésta es la razón principal por la que los testículos están fuera del organismo, pues la espermatogénesis se produce a una temperatura 2 ºC más baja que la del resto del cuerpo.
Debido a estos problemas, en el 50-70% de los pacientes, tras el seminograma o espermograma, se diagnostican alteraciones seminales, como:
Oligospermia
concentración baja de espermatozoides.
Astenospermia
problemas de movilidad de los espermatozoides.
Teratozoospermia
alteraciones en la morfología espermática.
Alteración de la producción de espermatozoides
En los casos más severos, puede llegar incluso a causar azoospermia, es decir, ausencia de espermatozoides en el eyaculado.
Por otra parte, el varicocele puede también provocar una alteración del sistema de regulación hormonal de la espermatogénesis, con la consecuente disminución de la producción de testosterona por parte del testículo.
Por último, otra consecuencia derivada del varicocele que puede influir negativamente en la fertilidad del varón es el aumento del estrés oxidativo, lo cual puede causar a su vez mayor fragmentación del ADN de los espermatozoides.
Estas alteraciones de la función testicular pueden surgir en ambos testículos, independientemente de que el varicocele sea uni o bilateral, debido a que la temperatura aumenta en los lados.
Tratamiento con microcirugía y complicaciones
El tratamiento para el varicocele solo se aplica en casos en los que el paciente siente mucho dolor y éste no ha podido aliviarse con medicación. También cuando el paciente desee tener un hijo y esta alteración esté comprometiendo la consecución del embarazo.
Según los expertos, a aquellos varones que no desean concebir y que presenten varicocele y análisis de semen anormal, también se les debería ofrecer el tratamiento. En el caso de los jóvenes con varicocele y seminograma normal, se les realizará un seguimiento con análisis de semen cada uno o dos años.
La cirugía es la vía de tratamiento más efectiva para el varicocele. Se conoce como varicocelectomía.
Cirugía
Existen varias maneras de abordar quirúrgicamente el varicocele. La técnica de elección en la actualidad es la microcirugía. En función del tamaño del varicocele, se realizará por vía inguinal o subinguinal. Los riesgos derivados de esta intervención son bajos.
La técnica elegida dependerá del grado de varicocele, así como de la experiencia y habilidad del especialista que la realice. También puede recurrirse a la laparoscopia para intervenir el varicocele. En cualquier caso, se trata de una intervención de unos 15-30 minutos realizada bajo anestesia epidural. También hay casos en los que se usa anestesia general para operar el varicocele.
Tras la operación, normalmente se recomienda al paciente mantener reposo de 1 a 2 días, colocar hielo en la zona ge***al y, en casos particulares, utilizar un soporte escrotal. Se reanudará la vida normal en el plazo de una semana o 10 días. Por tanto, la recuperación de la cirugía de varicocele es rápida.