Las crisis vitales son acontecimientos de nuestra historia personal que por su naturaleza generan una situación permanente o apenas reversible, que cambia nuestro entorno y con ello nuestra experiencia de vida. Son por tanto, estresores vitales y duraderos. El estrés parece relacionarse no tanto con un acontecimiento en si, sino con la consecuencia del mismo, con las huellas que nos dejan esos hec
hos en nuestro vida diaria. Algunas crisis vitales, son etapas que vivimos como personas que forman parte de una sociedad determinada, como emancipación, pérdida de los padres, la jubilación, … Otras son propias de cada persona, no siempre estamos preparados y son más complicadas de afrontar. La resolución, por tanto, implica nuevas etapas de desarrollo personal y autorrealización, pero su fracaso, un estancamiento, así como síntomas de estrés, problemas de relación, emocionales o depresivos incluso.
1) CRISIS VITALES DURANTE EL DESARROLLO: Son más predecibles y
sobrevienen cuando las personas van viviendo etapas de su vida. Infancia,
adolescencia, juventud, edad adulta, o vejez.
2) CRISIS CIRCUNSTANC IALES: Inesperadas, accidentales, y dependen en
buena parte de factores ambientales. Separación, pérdida, muerte, enfermedades,
desempleo, fracaso económico, conflictos familiares,...
En los momentos vitales citados se genera frustración, miedos, incertidumbre, inestabilidad emocional o relacional,... por lo que puede ser necesario una atención profesional, crear un espacio para hablar de las preocupaciones que no nos dejan avanzar, que nos impiden adaptarnos a los cambios. Puede ser preciso exponer los conflictos personales, o tratar abiertamente la problemática que está afectando a nuestra familia o a nuestra relación de pareja, y a nosotros mismos. Fuente: www,proyectoacompasados.com
