29/04/2025
En la Memoria de Antonio Pacheco.
Desde que te fuiste, el sol se ha levantado cada mañana, la tierra ha parido sus frutos, el agua fluye, limpia, riega y el aire continúa respirándonos. Los árboles todavía nos dan sombra, los vencejos han vuelto en primavera y los gusanitos remolonean en la tierra. Seguimos celebrando los nuevos nacimientos, el crecimiento de nuestros hijos e hijas, el trabajo digno, los alimentos que habitan nuestras mesas, el techo que nos cubre, la ropa que nos da abrigo, la divina presencia de las familias y amigos, los sagrados dolores de las pérdidas... Damos gracias, pedimos por los que sufren y honramos la vida.
Continuamos poniendo nuestro proceso por delante de todo, para poder transmitir tu enseñanza a los que quieran oírla, sentirla, vivirla. Y seguimos emulando al acordeón en sus movimientos: nos expandimos y nos contraemos, nos separamos y nos unimos, nos caemos y nos levantamos, vivimos desde la conciencia y desde el automático. Intentando abrazar la naturaleza de este camino en el que, como tú nos enseñaste, todo lo que aparece debe ser reconocido, comprendido, amado e integrado. ¡Bendita enseñanza!
Gracias Antonio por tu existencia generosa, por tu transmisión lúcida, firme y amable, por las comidas regaladas, por las noches sin dormir plagadas de risas, por los abrazos, por las sonrisas, por los bailes, por seguir estando presente en tantas terapias, en tantos talleres, te sentimos, te sienten y...¡¡¡por los tequilas !!!
Te queremos precioso.
Yo soy
Gracias, gracias, gracias