17/09/2020
Año 2009: estaba en la jefatura de redacción de la revista “Estética y Salud”. Preparábamos la edición aniversaria. Queríamos algo que marcara destinos y que inspirara. Fue así como surgió la idea de contar historias de personas valientes como la de Adriana.
Mi relación con ella fue “amor a primera vista”. Tal vez Adriana no lo sepa, pero desde el primer momento comencé a investigar sobre su vida. Contacté a Nelly (madre de Adriana) y le expliqué el objetivo de la entrevista, pensando que iba a ser un poco inaccesible, por eso de que a la gente no le gusta contar sus problemas. Pero Adriana estaba encantada con la idea y quería contarnos su historia.
El día de la entrevista, llegué a casa de Adriana, pasé al salón y allí me encontré con ella. Una jovencita hermosa, sentada en su silla de ruedas, con una sonrisa de oreja a oreja.
Hablamos de todo: de su infancia, de su adolescencia, de sus gustos, de sus preferencias, de sus sueños, de sus dificultades, de sus felicidades...
Aquel día salí de aquella casa con el corazón latiendo más fuerte. A partir de allí nació una bonita amistad.
Adriana nunca ha dejado de sorprenderme, cuando ya creo que se han agotado todos los recursos, me entero de una nueva hazaña, como cuando me contó que se lanzó por las pistas negras de Bariloche en sus esquís; o cuando debutó en la televisión. Un día me escribió para decirme que se había ido a vivir sola a Miami y otro me mandó sus videos caminando.
Hoy me cuenta que ha escrito un libro. .....
📍 Este es parte del testimonio que escribí para su libro “La carga que descarga”.
👉 Vayan a su perfil y cómprenlo. No se arrepentirán.
📍Algunas personas que formaron parte del trabajo editorial en Estética y Salud: