
14/10/2021
Hoy me gustaría reflexionar sobre algo.
La semana pasada vino a visitarnos María Jesús.
No nos visitaba desde antes de la pandemia y nos dio muchísima alegría de verla.
Lo primero que le pregunté en cuanto se sentó en el sillón fue: _ ¿ Y tú uña?
Os pongo en situación.
María Jesús vino hace dos años porque su uña se veía muy fea después de que le dieran un pisotón.
Una vez que valoramos la lesión y descartamos que hubiera hongos, empezamos a tratarla de manera conservadora para que la uña creciera lo más sana posible.
Hicimos reconstrucción, recomendamos que viniera a consulta para limpiar la uña cada cierto tiempo, le pautamos que se hiciera en casa una serie de vendajes para el dedo…
Ella, súper constante, hizo todo cuanto planteamos, y a día de hoy la uña está completamente recuperada.
Con todo esto, me gustaría destacar la importancia que tiene la implicación y constancia del paciente en los tratamientos.
Sé qué no hay que generalizar, ya que cada paciente y las causas de cada patología son diferentes en cada persona, pero es cierto que la falta de implicación es la principal causa de fracaso en muchos de los tratamientos.
Sé que las fotos no son del todo buenas.
Pero me apetecía compartir este caso.
Gracias por ser tan buena paciente 😄
“Para cuidar de lo que te mantiene sobre el mundo”