
30/09/2025
🌱 𝗧𝘂 𝗵𝗲𝗿𝗶𝗱𝗮 𝘀𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗷𝗮 𝗺á𝘀 𝗲𝗻 𝘁𝘂 𝗱í𝗮 𝗮 𝗱í𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗶𝗺𝗮𝗴𝗶𝗻𝗮𝘀
Las heridas de la infancia no aparecen solo en consulta. Se manifiestan en cómo pedimos afecto, en la manera en que reaccionamos ante un imprevisto, en lo que esperamos de quienes nos rodean e incluso en cómo nos tratamos a nosotras y nosotros mismos.
Muchas veces respondemos desde un personaje aprendido: quien siempre complace, quien aparenta ser fuerte, quien se esconde para no molestar o quien guarda silencio aunque duela. Esos papeles no son nuestra esencia, sino estrategias que en algún momento nos ayudaron a sobrevivir.
✨ El primer paso es darnos cuenta.
✨ El segundo, permitirnos actuar de forma distinta.
𝗘𝗷𝗲𝗺𝗽𝗹𝗼: si al poner un límite aparece la culpa, probablemente una parte de ti aprendió que decir “no” era egoísmo. Si te cuesta mostrar vulnerabilidad, puede que hayas vivido que sentir era arriesgado.
La buena noticia es que hoy ya no somos aquellas niñas y niños que necesitaban esconderse. Podemos mirar esas respuestas con ternura y elegir nuevas formas de estar, más alineadas con lo que sentimos y necesitamos.
💡𝘛𝘶 𝘩𝘦𝘳𝘪𝘥𝘢 𝘦𝘹𝘱𝘭𝘪𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘥ó𝘯𝘥𝘦 𝘷𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘥𝘦𝘵𝘦𝘳𝘮𝘪𝘯𝘢 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘢 𝘥ó𝘯𝘥𝘦 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘪𝘳.