Farmacia Cruce de Melenara - Telde

15/05/2025

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15/05/2025

Casi siempre que dañamos un tejido de nuestro cuerpo, suele repararse. En el hígado, por ejemplo, comienza con un cuadro inflamatorio por parte de las células de Kupffer, propias del sistema inmunológico como respuesta al daño. Esto activa a otras células conocidas como ESTELARES, que sintetizan colágeno para intentar REPARAR la lesión. Si el daño es bastante, se sintetizará más COLÁGENO a tal grado de obstruir vasos sanguíneos importantes por donde pasa la sangre que el hígado filtra en condiciones normales. Al no pasar sangre, se incrementa la resistencia vascular, comienzan procesos de necrosis, disfunción hepática, ictericia, las células intentan replicarse de manera muy rápida para contrarrestar el daño, lo que provocará que el ADN presente alteraciones que terminen desembocando en un cáncer hepatocelular y posteriormente la descompensación completa del hígado. A todo este proceso, se le conoce como CIRROSIS HEPÁTICA. Por cierto, los daños más comunes son alcoholismo, hepatitis, enfermedad del hígado graso, o alteraciones genéticas como enfermedad de Wilson.
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15/05/2025

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EL SÓLEO: EL MÚSCULO QUE FUNCIONA COMO UN SEGUNDO CORAZÓN

No late.
No tiene cavidades ni bombea sangre como el corazón verdadero.
Pero cada vez que caminas, te pones de pie o mantienes el equilibrio, el sóleo entra en acción en silencio, cumpliendo una función vital: ayudar a que la sangre regrese al corazón.

Ubicado en la parte posterior de la pierna, justo debajo de los gemelos, el sóleo es un músculo profundo del tríceps sural.
A simple vista, pasa desapercibido.
Pero en términos funcionales, es tan importante que los expertos lo llaman "el segundo corazón".

¿La razón?
Cuando este músculo se contrae —al caminar, estirar las piernas o incluso al ponernos de puntillas— actúa como una bomba que impulsa la sangre venosa desde las piernas de vuelta al corazón.
Y eso es crucial, porque la sangre que baja por la gravedad debe volver contra esa misma fuerza.
Sin la ayuda del sóleo, la circulación en las extremidades inferiores sería mucho más lenta y propensa a acumularse.

Este trabajo constante del sóleo ayuda a prevenir hinchazón, sensación de pesadez en las piernas, várices y trombosis venosa.
En personas sedentarias o que pasan mucho tiempo sentadas, el sóleo se mantiene inactivo, y eso aumenta el riesgo de problemas circulatorios, especialmente en viajes largos, trabajos de oficina o en adultos mayores.

Lo fascinante es que el sóleo se activa incluso con movimientos suaves, como mover los tobillos o balancear los pies mientras estás sentado.
Por eso, mantenerse en movimiento —aunque sea con ejercicios simples— es esencial para mantenerlo funcionando correctamente.

Cuidar tu sóleo es cuidar tu circulación.
Y aunque no tenga latido,
cada paso que das es un impulso silencioso hacia el bienestar cardiovascular.

15/05/2025

Anatomía torácica al descubierto: así luce el interior del pecho humano

Esta imagen anatómica real, producto de una disección detallada, nos ofrece una visión privilegiada del tórax humano y de los sistemas que lo habitan y lo sostienen. No es una ilustración, es la realidad del cuerpo al desnudo, donde cada órgano se revela en su contexto funcional.

🔹 Tráquea: Visible en el centro, desciende en línea recta y se bifurca en los bronquios principales, marcando el inicio de la distribución aérea hacia los pulmones.
🔹 Pulmones: A ambos lados de la imagen, el tejido pulmonar —con variaciones de color— evidencia cómo factores como el tabaco o la contaminación pueden dejar huella en su apariencia y textura.
🔹 Glándula tiroides: Justo encima de la tráquea, se distinguen los lóbulos de esta glándula endocrina clave, responsable de regular procesos metabólicos esenciales.
🔹 Vasos sanguíneos: Las arterias y venas que acompañan a los bronquios destacan por su trayectoria ordenada y su función vital en el intercambio gaseoso.
🔹 Diafragma: Esta lámina muscular en la parte inferior no solo separa el tórax del abdomen, sino que participa activamente en cada respiración que tomamos.

Contemplar esta imagen no es solo un ejercicio anatómico; es una invitación a admirar la ingeniería silenciosa que permite que vivamos, respiremos y nos movamos. Porque detrás de cada inhalación, hay una arquitectura precisa que lo hace posible.
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15/05/2025

Cordón umbilical.

Tiene tres vasos sanguíneos: Una vena que transporta sangre oxigenada y nutrientes desde la placenta al bebé y dos arterias que transportan desechos (dióxido de carbono) a la placenta.

Después, la placenta transfiere estos desechos a la sangre de la madre que se encarga de eliminarlos. Cada uno tiene un rol importante para mantenernos vivos antes de nuestro nacimiento.

Por eso es importante que el corte del cordón umbilical sea pasado los 3 minutos, para que la placenta pueda devolver toda la sangre y terminar su proceso.
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15/05/2025

TENER SIEMPRE PRESENTE... ✅👍
Los momentos clave para tomar agua son a primera hora de la mañana, antes de cada comida, durante y después de hacer ejercicio, y antes de dormir.

- A primera hora de la mañana: Beber un vaso de agua en ayunas ayuda a reponer los líquidos perdidos durante la noche y activa el metabolismo.

- Antes de cada comida: Beber un vaso de agua antes de las comidas puede ayudar a aumentar la sensación de saciedad y mejorar la digestión.

- Durante y después del ejercicio: Es crucial beber agua antes, durante y después del ejercicio para reponer los líquidos perdidos a través del sudor y mantener el rendimiento físico.

- Antes de dormir: Beber agua antes de dormir puede ayudar a prevenir la deshidratación durante la noche y, mejorar la calidad del sueño.

- A lo largo del día: Es importante beber agua regularmente, incluso si no se tiene sed, para mantener una hidratación adecuada.
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15/05/2025

EL NERVIO VAGO: EL HILO SECRETO QUE CONECTA TU CEREBRO CON TU CALMA

En lo profundo de tu cuerpo existe un cable maestro, invisible pero poderoso, que recorre desde tu cerebro hasta tus órganos más vitales. Se llama nervio vago, y aunque su nombre pueda sonar extraño, su impacto en tu bienestar es inmenso.

Este nervio —el décimo de los pares craneales— es como una autopista de doble vía entre tu mente y tu cuerpo. Regula el ritmo cardíaco, la digestión, la respiración, la inflamación, e incluso participa en procesos tan delicados como la deglución, el habla o el vómito. Es el mensajero del sistema parasimpático, esa parte del sistema nervioso que nos ayuda a relajarnos, sanar y restaurarnos.

Cuando el nervio vago está activo, tu cuerpo entra en “modo calma”. Baja la presión arterial, se regula el azúcar en sangre, mejora la digestión, y tu cerebro se siente seguro. Por eso, activarlo es como enviarle una señal a todo tu cuerpo de que está a salvo.

Y lo mejor es que puedes estimularlo de forma natural, sin pastillas, sin tecnología, solo con pequeñas acciones conscientes:

— Respirar profundo y lento, dejando que el abdomen se infle y se desinfle como una ola tranquila.
— Tararear, cantar, rezar en voz baja… las vibraciones que recorren tu garganta despiertan al vago.
— Salpicar agua fría en el rostro o aplicar una toalla fresca en el cuello.
— Meditar, agradecer, caminar despacio, acariciar a alguien que amas.
— Masajear con suavidad detrás de tus orejas o en el lateral del cuello.
— Y, sobre todo, conectar con calma y seguridad, con otros y contigo mismo.

Activar el nervio vago es un acto de amor propio. No se ve, pero se siente. Es una forma de decirle a tu cuerpo: “estás a salvo”.
Y cuando tu cuerpo lo cree, empieza a sanar.
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